Fechas clave en la guerra comercial EEUU-China: de la reunión de fin de mes al 10 de noviembre
El 10 de noviembre se perfila como una fecha decisiva en la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Ese día expira la tregua arancelaria de 90 días acordada por ambas potencias el pasado agosto, que evitó una nueva escalada de tarifas y dio margen para retomar las negociaciones. Si no se alcanza una extensión o un nuevo pacto antes, los aranceles podrían dispararse de nuevo y añadir una dosis más de incertidumbre a los mercados globales.
El acuerdo actual mantiene los aranceles estadounidenses a las importaciones chinas en torno al 30%, mientras que China aplica tasas de alrededor del 10% a productos estadounidenses. Con el fin de la prórroga entrarían en vigor tarifas mucho más agresivas, que podrían elevarse al 145% por parte de EEUU y al 125% por parte de Pekín si no se renueva la tregua.
El mercado está en tensión, especialmente tras el último episodio de guerra comercial que se inició este pasado viernes, cuando Donald Trump amenazó a China con un arancel adicional del 100% por las restricciones del gigante asiático a las importaciones de minerales de tierras raras. Sin embargo, tras la confrontación inicial, han surgido señales de desescalada, con un tono más moderado y, sobre todo, sin que China haya respondido con cifras equivalentes de aranceles.
Los encuentros de alto nivel entre EEUU y China de los últimos años apenas han logrado preservar la distensión
El gigante liderado por Xi Jinping parece, de hecho, confiado, compensando una caída interanual del 27% en sus exportaciones a EEUU en septiembre con mayores ventas a Asia Sudoriental y Europa, mientras que las empresas estadounidenses siguen bajo presión para relocalizar producción y reducir su dependencia de China.
En este contexto, los aranceles del 100% planteados por Estados Unidos "parecen ser más una advertencia política que una medida real, aunque podrían venir otras acciones más efectivas", dicen los estrategas de Jefferies. De hecho, consideran que en Washington, en la práctica, estarían recurriendo a otro tipo de acciones efectivas en lugar de a unas amenazas arancelarias que cada vez generan más rechazo. Estas incluyen sanciones financieras, expansión de los controles de exportación a terceros países o revocación de garantías a empresas de semiconductores extranjeras que operan en China. También aumenta la vigilancia sobre inversiones salientes y transferencias tecnológicas, mientras que la administración sopesa exenciones selectivas o aplicaciones graduales para bienes no sensibles, con el fin de mitigar el impacto económico.
LA CUMBRE TRAERÁ UNA TREGUA, PERO NO UN AVANCE
Superadas las últimas hostilidades, parece que la cumbre entre Xi y Donald Trump, prevista para finales de mes en Corea del Sur, se mantiene.
Los analistas de Jefferies anticipan que el encuentro entre ambos líderes servirá, de hecho, para mantener una tregua, pero no para alcanzar un gran avance estructural. Según el banco, los límites actuales a la inversión extranjera en Estados Unidos, tanto por parte del CFIUS (Comité sobre Inversión Extranjera en Estados Unidos) como por las regulaciones estatales y federales, junto con las preocupaciones en torno a la seguridad de los datos, hacen improbable un acuerdo de inversión de gran envergadura, como el que algunos rumores situaban en torno al billón de dólares.
Ambas partes parecen centradas en contener los riesgos y mantener la estabilidad más que en firmar nuevos acuerdos ambiciosos
Además, las recientes medidas de China sobre minerales críticos han reforzado la posición de los sectores más duros dentro de la Administración estadounidense, lo que reduce aún más la posibilidad de un deshielo duradero. En este sentido, Jefferies recuerda que los encuentros de alto nivel de los últimos años apenas han logrado preservar la distensión, pero sin resultados concretos más allá del compromiso de evitar una escalada.
Ambas partes parecen centradas, por ahora, en contener los riesgos y mantener la estabilidad, más que en firmar nuevos acuerdos ambiciosos. El banco considera que, si se produce algún gesto de acercamiento, podría limitarse a compromisos simbólicos o temporales, como retrasar la entrada en vigor de la normativa china sobre minerales críticos, incrementar compras de productos agrícolas o aeronaves estadounidenses, o incluso restringir las exportaciones de precursores de fentanilo.
Por parte de Estados Unidos, los posibles movimientos incluirían retirar la amenaza del arancel del 100%, mantener las tarifas actuales sin aumentarlas, o relajar ciertos controles a la exportación para aliviar la presión sobre las multinacionales estadounidenses con presencia en China.
