Oro: un cambio radical
Después de años de acumulación, el oro parece listo para una subida a largo plazo. Vamos a ver rápidamente los pasajes clave del instrumento:
1) Máximo histórico de largo plazo en septiembre de 2011 (1.921 dólares).
2) Desde el pico de 2011, los precios han respetado durante años una línea de tendencia de máximos decrecientes y, al mismo tiempo, desde 2013 los precios se han colocado perfectamente en un canal de tendencia bajista a largo plazo.
3) En febrero de 2016, el oro salió de dicho canal, rechazado posteriormente por la línea de tendencia a largo plazo y luego bajó nuevamente hacia la línea de tendencia superior del canal, reconociéndolo y volviendo a subir. Notamos la enorme cantidad de volúmenes que han entrado en esa fase, sea en rotura que en retroceso, con fuerte presencia del interés profesional. Al final del 2016 la mano fuerte crea el primer mínimo creciente.
4) Verano de 2017: ruptura de la línea de tendencia bajista de largo plazo, con un posterior retroceso.
5) Agosto de 2018: segundo mínimo creciente.
6) Junio de 2019: rotura de la resistencia 1.339-1.375 dólares.
El hecho de que el precio haya superado una resistencia tan importante, que durante casi tres años ha rechazado cualquier tentativa de rotura, representa un evento extremadamente importante y positivo.
Por encima de los 1.375 dólares el próximo objetivo (no necesariamente el final, por supuesto) está representado por el área de los 1.475-1.483 dólares.
Esto no excluye de ninguna manera correcciones temporales en la renovada tendencia alcista. Las zonas de soportes más fuertes están colocadas en los 1.375-1.366 dólares y luego en los 1.339-1.324 dólares. Estas zonas constituyen excelentes puntos de compra. El mantenimiento de los 1.300-1.305 dólares garantiza la fuerza de la tendencia actual.
Cualquier noticia dirigida hacia una reducción en los tipos de interés por parte de la FED, es favorable al oro. El presidente del organismo, Jerome Powell, aunque mantuvo los tipos de interés sin cambios, ha dejado entender que ahora está cerca de lanzar una nueva política expansiva (por lo tanto, recortes de tipos). También existe una clara correlación inversa entre el oro y los rendimientos reales de los T-Bond a 10 años.
Una caída en los rendimientos de dichos bonos (que equivale a una apreciación de los mismos) y un aumento de la inflación son elementos de apoyo para el oro. Sin olvidar las tensiones geopolíticas y el cambio en el próximo otoño del puesto de mando del Banco Central Europeo (BCE).