Hay dos factores que están mermando la economía de EEUU
Con más subidas de tipos de interés de las que hemos visto en décadas, no es de extrañar que los estadounidenses empiecen a sentirse ahogados por el encarecimiento del crédito. Según las cifras publicadas por el Gobierno este fin de semana, el pago de intereses absorbe ya el 2,5% de la renta disponible de los estadounidenses, es decir, de su "sueldo neto", el dinero que les queda para gastar o ahorrar una vez deducidos los impuestos. Es la cifra más alta desde septiembre de 2008.
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Los precios del petróleo no facilitan las cosas: han subido más de un 10% este año, obligando a los consumidores a destinar también una mayor parte de su sueldo neto a la gasolina. En conjunto, el gasto en intereses y gasolina representó el 4,7% de la renta disponible de EEUU el mes pasado, la cifra más alta desde agosto de 2014. Los aumentos en la proporción de los ingresos que se destinan al pago de intereses o a los gastos de gasolina a menudo preceden a las recesiones, y este reciente aumento en ambos plantea un doble desafío.
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Ello se debe a que el aumento de los costes de los intereses y del gas merma los ingresos discrecionales de los estadounidenses, es decir, el dinero que queda después de pagar impuestos y gastos esenciales como vivienda, alimentos, intereses, gas, servicios públicos, etc. A su vez, una menor renta discrecional reduce el gasto de los consumidores, que es el principal motor de la economía estadounidense.
Y ya lo estamos viendo: el gasto general de los consumidores aumentó sólo un 0,1% en agosto, una vez ajustado a la inflación, lo que supone el dato más débil desde marzo. Según el último estudio de la Reserva Federal sobre las finanzas de los hogares, todos los estadounidenses, salvo el 20% más rico, han gastado sus ahorros y disponen ahora de menos efectivo que cuando empezó la pandemia.