La guerra arancelaria empaña la expectativa de inflación en la eurozona y EEUU
La incertidumbre creada por la guerra cruzada por los aranceles del presidente estadounidense, Donald Trump, empaña el panorama sobre las perspectivas de inflación tanto de la eurozona como de EEUU, lo que, a su vez, pone el foco en los próximos pasos en materia de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed).
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Parece que los riesgos inflacionarios están lejos de haber disminuido por completo en un momento marcado por las amenazas, hechas realidad en algunos casos, de los aranceles de Trump.
Los últimos datos publicados muestran que el Índice de Precios de Consumo (IPC) de la eurozona subió una décima en enero, hasta situar su tasa interanual en el 2,5%, según la estimación preliminar publicada por Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea (UE).
Supone el cuarto aumento consecutivo de la inflación de la zona euro que, además, registró en el primer mes de 2025 la mayor subida desde julio del año pasado.
Mientras, en EEUU, el IPC repuntó en enero al 3% en tasa interanual, frente al 2,9% registrado en diciembre, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales. De esta manera, la inflación general marco su cuarto mes consecutivo al alza.
"Las presiones inflacionarias se están aliviando gradualmente con una inflación débil de los bienes y, en el caso de EEUU, un mercado laboral más equilibrado. En la zona euro, el crecimiento de los salarios sigue siendo elevado, pero también se está enfriando", afirman los analistas de Danske Bank.
Apuntan que, "a pesar de la gran incertidumbre en torno a la política comercial", las expectativas de inflación de los mercados "se han mantenido relativamente estables y cerca del objetivo del 2%".
Para EEUU, comentan que el IPC de enero sorprendió con fuerza al alza. "Los mayores aumentos de precios anuales a principios de año también han causado una volatilidad similar a las lecturas de enero de los últimos años, pero la sorpresa al alza siguió siendo muy generalizada en todas las categorías de precios". Y añaden que van a evaluar su visión moderada de la Fed de cuatro recortes de tipos de interés en 2025.
Para la eurozona, destacan que, "como muchos precios de los servicios solo se ajustan en enero, los datos de enero ofrecen un modesto alivio al BCE, ya que continúa el actual impulso más débil de la inflación subyacente. Las cifras coinciden con la opinión de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, de que la inflación puede fluctuar debido a los precios de la energía, al tiempo que se desacelera hacia el objetivo del 2% a medida que la inflación subyacente sigue disminuyendo".
"La inflación de los servicios ha sido el foco de atención del BCE últimamente y, si bien ha rondado el 4% desde noviembre de 2023, esperamos que se modere gradualmente en 2025", añaden, por su parte, los analistas de Nomura.
Con este panorama, ¿qué se espera para los próximos meses? "Una desaceleración de la inflación de los servicios en la zona euro y un crecimiento del PIB más débil de lo esperado respaldan recortes consecutivos de tipos por parte del BCE", dicen. Esperan que el organismo europeo se vea obligado a reducir la tasa de depósito por debajo del nivel neutral para apoyar la economía.
Además, "los aranceles estadounidenses representan otro riesgo moderado", destacan. Prevén que la tasa de depósito se sitúe en el 1,75% para septiembre de 2025. "Por ahora, el discurso del BCE sugiere principalmente que solo necesitará reducir los tipos a neutral (que es 1,75%-2,25%). Esperamos que el discurso cambie a favor de una política acomodaticia cuando: el crecimiento económico decepcione; aumente el riesgo de que el BCE no alcance su objetivo de inflación del 2% a medio plazo; y EEUU imponga aranceles".
Sobre EEUU, subrayan que "el fuerte gasto en bienes de consumo, un repunte en los precios de los servicios financieros y la estacionalidad residual plantean riesgos al alza para las perspectivas de inflación a corto plazo. Aunque en el medio plazo las tarifas más altas y las posibles interrupciones en la cadena de suministro probablemente impulsarán la inflación básica significativamente por encima del 3% para finales de 2025".
En cuanto a la Fed, ahora no esperan recortes en 2025, pero estiman que la flexibilización de la política monetaria podría reanudarse en el segundo trimestre de 2026, "una vez que los shocks inflacionarios provocados por los aranceles adicionales hayan disminuido".
"Ahora esperamos que la Fed mantenga su política monetaria sin cambios durante 2025 y que reanude la flexibilización en junio de 2026, una vez que haya pasado el resurgimiento de la inflación impulsado por los aranceles".
No obstante, matizan: "Trump podría reducir rápidamente los conflictos comerciales o priorizar otros aspectos de su agenda económica. La Fed podría pasar por alto la inflación impulsada por los aranceles y continuar flexibilizando su política en respuesta a las preocupaciones sobre el crecimiento".