Funcas recorta en 1,4 puntos la previsión de crecimiento del PIB español, hasta el 4,2%
Funcas ha recortado sus previsiones de crecimiento para la economía española durante este año en 1,4 puntos, hasta el 4,2%, al tiempo que ha revisado al alza la estimación de inflación en 2,2 puntos, hasta el 6,8% de media anual. Tal y como indican en un comunicado, la subida de precios acabará por reducir la renta disponible de los hogares en términos reales, frenando el crecimiento del consumo y la inversión residencial, mientras el contexto externo conduce a un menor crecimiento de la inversión en equipo y de los mercados de exportación.

De hecho, según los nuevos cálculos de las previsiones económicas de Funcas para 2022 y 2023, sus expertos han recortado también el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en 0,2 puntos para el próximo año, hasta el 3,3%.
El director general de Funcas, Carlos Ocaña, ha señalado que "el crecimiento seguirá en positivo, aunque a un ritmo inferior, lo que supone que aún estaremos este año un 2,5% por debajo del PIB prepandemia". También ha incidido en que "para la economía española, la clave está en la sensibilidad de los mercados energéticos al entorno exterior actual". Como se anticipó en las anteriores previsiones, la senda de crecimiento de España dependerá en buena medida de la evolución del coste de los hidrocarburos y la electricidad.
Indican que a día de hoy, la expansión se mantendrá por la persistencia de tres factores: la demanda embalsada, el rebote del turismo y la mayor ejecución de los fondos europeos. La demanda interna será uno de los principales motores de crecimiento, tal y como señalan, a pesar de su pérdida de vigor, con una aportación de 3,8 puntos. La demanda de los hogares seguirá creciendo gracias al ahorro que han conseguido durante la pandemia, amortiguando el descenso de la renta real disponible, que han estimado en 16.700 millones de euros por el impacto de la inflación.
Las previsiones, que como ha señalado Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, deben interpretarse con cautela dada la elevada incertidumbre por el conflicto en Ucrania y sus derivadas en la economía mundial, contemplan un crecimiento del PIB del 3,3% en 2023, dos décimas menos de lo esperado en enero, y una inflación media anual del 2,8%. Sería el próximo año cuando la economía española recupere el nivel de PIB de 2019. Para volver a la actividad prepandemia en 2022, el PIB debería crecer un 6,7%.
El empleo seguirá creciendo a lo largo de este año, aunque a un menor ritmo que en 2021 en consonancia con la desaceleración de la economía. Hasta finales de 2023, se crearán 473.000 nuevos puestos de trabajo, con una tasa de paro que alcanzará el 13,8% este año y que caerá por debajo del 13% en el siguiente.
Mientras, el déficit público caerá al 5%, mientras que en 2023 será del 4,5%. La deuda pública, por su parte, superará el 112% del PIB en 2023.
EL PLAN DE CHOQUE Y LA GUERRA
Estas previsiones, no obstante, no incluyen el plan de choque aprobado por el Gobierno este martes. Sin embargo, Funcas apunta que el conjunto de medidas puede relajar las presiones inflacionistas a corto plazo, restando en torno a un punto porcentual de aumento de IPC (de 6,8% a 5,8%, en términos medios para 2022, aún un nivel muy elevado), y así limitar la pérdida de poder adquisitivo.
Puede consultar aquí el directo especial de Bolsamanía sobre la guerra.
El principal riesgo que se cierne sobre estas previsiones radica en el entorno geopolítico, con el posible empeoramiento del conflicto bélico y una escalada de sanciones que derive en la ruptura total de las relaciones comerciales entre la UE y Rusia, algo que agravaría la crisis energética y generaría nuevas disrupciones en la cadena de suministros, según Funcas. En ese contexto, no sería descartable una recesión en la eurozona, tal y como apuntan.
A la inversa, un rápido desenlace del conflicto a raíz de un acuerdo estabilizaría los mercados energéticos y ayudaría a contener la inflación. Sin embargo, incluso en este escenario favorable, perdurarían dos legados de esta crisis. En primer lugar, una inflación subyacente superior al 3% y que tiende a crecer. En segundo lugar, un déficit público exacerbado por la doble crisis pandémica y energética. El desafío para Funcas será, por una parte, su coherencia con las reglas fiscales europeas que acabarán por reactivarse y, por otra, su financiación ante el giro de la política monetaria del BCE.