Las empresas piden más beneficios que los fiscales para colocar bonos verdes
El mundo empresarial mira hacia la sostenibilidad. Una compañía sin valor social o medioambiental está condenada a morir, porque las nuevas generaciones buscan trabajar en aquellas sociedades que sean socialmente responsables. Entre las maneras de financiar este tipo de proyectos, se encuentra la emisión de bonos verdes, un tipo de activo que debe ser potenciado por los gobiernos, con medidas que vayan más allá de los incentivos fiscales.
Así lo han considerado varios directivos de importantes compañías españolas, reunidos en la jornada "La sostenibilidad lidera el futuro de la inversión", organizada por el diario El Nuevo Lunes y Bolsas y Mercados Españoles (BME). Entre ellos, el director Financiero de Adif, Manuel Fresno, ha destacado que la reducción de impuestos, tanto a compañías como a inversores, "no es un aspecto imprescindible para el avance" del mercado de bonos verdes.
El responsable de RSC y Reputación de Iberdrola, Roberto Fernández Albendea, se ha manifestado en la misma línea. En su opinión, los políticos deben llevar a cabo medidas concretas que fomenten un entorno sostenible para favorecer la implementación de proyectos medioambientales, que se financian a través de estos activos. "Las políticas conducen y la financiación acompaña", ha remarcado.
Iberdrola prevé invertir 34.000 millones de euros en el período 2018-2022. Con este desembolso, financiado en su mayor parte con bonos verdes, incrementa en un 40% la cantidad del plan anterior. Esta cifra demuestra el potencial de inversión de la energética española, pero Fernández Albendea apunta que, además de las grandes compañías, "hay que extender este ideario de la sostenibilidad a las pymes". Comprende que "es difícil porque no tienen nuestra estructura", por lo que deben ser los gobiernos quienes les ayuden con medidas concretas.
LA EMISIÓN DE BONOS VERDES NECESITA UNIFICAR CRITERIOS
Otro de los problemas que tiene la emisión de bonos verdes es la falta de una taxonomía o clasificación común. El director global de Sostenibilidad de Acciona, José Luis Blasco, se ha quejado de ello, aunque reconoce la Unión Europea (UE) la está construyendo de una forma "muy valiente y pionera". Aún así, considera que "no es necesario" convertirlo en "mainstream" (tendencia mayoritaria).
La inversión sostenible aún se encuentra en fase beta. Blasco entiende que "estamos dando los primeros pasos" y que nos encontramos "en un marco de aprendizaje". Ahora solo queda que las próximas generaciones dejen de mirar "hacia dentro" de las empresas "para mirar hacia afuera", concienciándose con el medio ambiente y la sociedad.
Telefónica ha sido una de las últimas compañías españolas en sumarse a este mercado. En enero de 2019, la teleco colocó 1.000 millones de euros en bonos verdes a cinco años. Su directora de Inversores ESG y Reporting, Gema Esteban, ha recordado que tuvieron una demanda cinco veces superior a la oferta y ha asegurado que están preparando iniciativas similares para el futuro.
Esteban comparte la misma preocupación que Blasco: "No hay una estandarización de métricas y es muy difícil compararse", aunque es consciente de que aún "no ha dado tiempo a que el sector se vea de una forma detallada". También refuerza la idea de todos sus colegas: "Las nuevas generaciones no quieren trabajar en compañías que no tengan proyectos sociales", por lo que "ya no vale solo tener un buen ebitda".