Deutsche Bank y Credit Suisse, cara y cruz de los test de estrés de la Fed
Malas noticias para Credit Suisse. La división estadounidense del banco suizo ha sido la única que ha suspendido los test de estrés de la Reserva Federal (Fed), al no superar los requisitos en cuanto a planificación de capital. Por su parte, el alemán Deutsche Bank, que el año pasado no logró aprobar, sí que ha pasado las pruebas del organismo que lidera Jerome Powell tras haber solucionado sus problemas con la gestión de datos y la previsión de ingresos y pérdidas. Ambos son la cara y la cruz, porque mientras que Deutsche sube casi un 4% en bolsa, celebrando la noticia, los títulos de Credit Suisse caen un 0,7%.
En concreto, sobre Credit Suisse, la Fed expone que al no superar los test de estrés, la división estadounidense no podrá aumentar los pagos a la sociedad matriz. De hecho, exige a la entidad suiza que solucione las "debilidades" advertidas en su plan de capital, por lo que deberá presentar uno revisado antes de que se le permita realizar los pagos solicitados.
Credit Suisse era el banco mejor capitalizado en la prueba de estrés, pero los funcionarios de la Reserva Federal se han mostrado insatisfechos con la forma en que pronostica cuáles serían sus pérdidas comerciales en un escenario de grave recesión. Por eso ha suspendido, mientras que todos sus competidores, desde JP Morgan Chase hasta Bank of America, han logrado la aprobación del regulador estadounidense para aumentar los dividendos y la recompra de acciones.
Ahora el regulador dará al banco suizo cuatro meses para que aborde las debilidades que han identificado, y durante ese tiempo solo podrá efectuar el mismo nivel de pagos a su matriz que fue autorizado el año pasado.
Por el contrario, el Deutsche Bank, el banco alemán que atraviesa serios problemas, ha dado un giro a su situación, Tras fracasar en la prueba del año pasado, esta vez ha logrado aprobar pese a que esta vez la Fed ha planteado un escenario con suposiciones más duras sobre una recesión económica que hace doce meses. Para la entidad alemana, que es objeto de varias investigaciones en EEUU, esta noticia significa que podrá realizar los pagos previstos a su sede de Frankfurt. Aunque cabe destacar que la Reserva Federal ha pedido por separado más detalles sobre los planes de Deutsche de crear un "banco malo", lo que podría implicar la reducción o el cierre de muchas de sus operaciones en Estados Unidos.
Desde la Reserva Federal han valorado positivamente los esfuerzos de Deutsche para abordar los problemas de regulación y supervisión a los que se enfrenta su división en EEUU, aunque también advierten de que seguirán de cerca su progreso.
Según Randal Quarles, el vicepresidente de la Fed, "las pruebas de estrés han confirmado que los bancos más grandes están bien capitalizados y dan prioridad a las prácticas de planificación de capital sólidas". "Los resultados muestran que estas empresas y nuestro sistema financiero son resistentes en tiempos normales y bajo estrés", ha remarcado. Hace un año Deutsche fracasó en estas pruebas y otros dos bancos -Goldman Sachs y Morgan Stanley- tuvieron que presentar planes actualizados. State Street también tuvo que ajustar sus planes sobre el manejo del riesgo bajo estrés.
Este año, por el contrario, dos bancos -JP Morgan y Capital One- han tenido que volver a presentar sus planes poco antes de la fecha límite para aprobar. Lo han hecho por un escaso margen en el mínimo de ratio de capital requerido por la Reserva Federal, que cree que se vería afectado por una grave recesión después de contabilizar los pagos a los accionistas.