Prisa fulmina a su directora de comunicación en plena guerra con el Gobierno
El Consejo de Administración de Prisa ha destituido a Ana Ortas Pau, hasta ahora directora de comunicación de la compañía, según ha notificado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

En dicho escrito, Prisa señala que, previo informe favorable de la Comisión de Nombramientos, Retribuciones y Gobierno Corporativo, ha nombrado a Paloma Bravo Aguilar como nueva directora corporativa de presidencia y comunicación de la empresa.
"El Consejo ha expresado su reconocimiento a la Sra. Ortas por su contribución y dedicación a PRISA y por su desempeño en el ejercicio del cargo", sentencia la compañía en un escueto comunicado.
El movimiento se produce en medio de una guerra por hacerse con el control del grupo de medios. Según publicó el diario francés Le Point este pasado fin de semana, el ministro español de Transformación Digital, Óscar López, y el presidente de Telefónica, Marc Murtra, se reunieron con el presidente del Consejo de Administración de Vivendi, Arnaud de Puyfontaine, para tratar de que el holding galo venda su participación del 12% en el propietario de El País y la Cadena SER.
Vivendi ha sido un tradicional aliado de Joseph Oughourlian, el presidente de Prisa, pero distintas fuentes apuntan a que el plan de Moncloa es dividirlos. En primer lugar, porque al Gobierno le incomoda la familia Bolloré, que controla Vivendi y que es próxima al partido ultraderechista que lidera Marine Le Pen. Por otro lado, al Ejecutivo no le ha gustado que Oughourlian se haya negado a impulsar una nueva cadena de televisión.
En este sentido, el pasado 26 de febrero Prisa aceptó la dimisión de Carlos Núñez como presidente ejecutivo de Prisa Media. El antiguo directivo se había mostrado a favor de que el grupo se presentara a la licitación de un canal de televisión en abierto, una medida que no gustaba al consejo de administración ni al presidente de la compañía. De hecho, Oughourlian concedía ese mismo día una entrevista a Expansión en la que afirmaba que invertir en una TDT en 2025 "no me parece un proyecto de futuro".
"Me puedo equivocar, pero yo creo que no soy el único en pensarlo. Obviamente, en el consejo y los otros accionistas también hay una especie de interrogante en cuanto a este proyecto. Si la propuesta hubiera llegado hace 20 años, pues yo creo que naturalmente lo hubiéramos mirado con mucho más cariño. Pero llega muy tarde", señaló.
Volviendo a Vivendi, fuentes afines a Moncloa del diario El Mundo revelan que la negociación con Vivendi "avanza bien" y que la idea es que el holding francés venda su participación a Global Alconaba, grupo liderado por Andrés Varela Entrecanales y José Miguel Contreras. A cambio, se estudia ofrecer una alianza a Vivendi con Movistar Plus, la plataforma de televisión de pago de Telefónica, un objeto de interés de la compañía francesa creadora de Canal Plus.
Según este periódico, el bando de Oughourlian confía en mantener la mayoría en la junta de accionistas incluso sin el apoyo de Vivendi. Cabe recordar que, a través de su fondo Amber Capital, Oughourlian controla el 29% de Prisa, lo que lo convierte en su principal accionista.
Asimismo, el propio Oughourlian, recién nombrado presidente de El País, publicó este lunes una columna de opinión en la que que critica de forma dura al Gobierno de Pedro Sánchez por sus intentos de controlar el grupo de medios.
"Una sociedad sana, democrática, necesita unos medios de comunicación fuertes e independientes que defiendan los derechos y las libertades de los ciudadanos, más allá de intereses políticos o económicos. (…) Pero, sobre todo, para responder a las injerencias gubernamentales que cada día se hacen más evidentes en todo el mundo y que van en contra de la buena praxis democrática", señaló Oughourlian.
En este contexto, el principal accionista de Prisa cree que "sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento".
"Los grupos de comunicación libres y que cumplen escrupulosamente con su función de vigilancia social acaban por convertirse en molestos para los centros de poder, sean del cariz que sean. (…) Hoy es más necesario que nunca que mantengamos firmes nuestros valores y nuestra cerrada defensa del periodismo de calidad, pese a las presiones de todo tipo que contaminan el ejercicio de una labor honesta y profesional, basada en la libertad editorial y en la independencia", sentenció.