Ganancias para Indra tras el nombramiento de Ángel Escribano como presidente ejecutivo

Los analistas de Banco Sabadell, que aconsejan sobreponderar Indra, con precio objetivo de 23,80 euros, afirman que "el mandato de Ángel Escribano (segundo mayor accionista, y con experiencia en el sector de defensa) ofrecerá continuidad a los planes en curso de la compañía".

Por su parte, los analistas de Renta 4, que aconsejan sobreponderar, con un precio de 28,30 euros, valoran "favorablemente el propósito de cumplir con los objetivos del Plan Estratégico a 2026".

Al contrario de lo que está sucediendo en Telefónica tras el nombramiento de Marc Murtra, los inversores premian que Ángel Escribano es un gran conocedor del sector estratégico de la defensa y además es el máximo accionista privado de la compañía.

PERFIL DE ÁNGEL ESCRIBANO

Ángel Escribano fundó, junto a su padre y su hermano, la compañía Mecanizados Escribano en 1989. Hasta ahora, era el presidente de EM&E Group.

"Junto a su hermano Javier, es el artífice de la conversión de una compañía que ha pasado de fabricar piezas mecánicas bajo especificación de terceros a diseñar, desarrollar y fabricar sistemas complejos de defensa, como son las estaciones de armas de control remoto, sistemas electroópticos y kits de munición guiada", ha explicado Indra.

Ángel Escribano "ha trabajado en casi todas las áreas operativas de esta empresa, completando su formación en diferentes departamentos de la misma, desde la operación de máquinas CNC, hasta la gestión comercial, pasando por diferentes labores de planificación de operaciones y de gestión de calidad. Forma parte de los consejos de administración de las empresas TESS DEFENCE y SMS", ha concluido la compañía.

PRINCIPALES RETOS

Entre los retos que deberá afrontar Escribano, estará el de posicionar a Indra como un referente en los sectores de defensa y seguridad, que actualmente representan un tercio de su actividad, así como en el ámbito espacial, un área donde su presencia es limitada. Según el Plan Estratégico de la empresa, se espera alcanzar una facturación de 1.000 millones de euros en el sector espacial para 2030.

Para avanzar en esta transformación, Indra evalúa varias operaciones estratégicas a corto plazo. Una de ellas es la posible adquisición de Hispasat, actualmente propiedad de Redeia, el grupo energético participado por el Estado. No obstante, desde que Redeia compró Hispasat por unos 1.000 millones de euros, el valor de las compañías satelitales ha caído drásticamente debido a la inesperada competencia de Starlink, la red de satélites de baja órbita impulsada por SpaceX, la empresa de Elon Musk.

Por otro lado, se barajan decisiones sobre dos activos clave de Minsait, la división de tecnologías de la información del grupo: la venta de su negocio de pagos, una de sus áreas más valiosas, o incluso la desinversión total en su división de IT. Tras meses de especulaciones, se espera que en 2025 se definan los próximos pasos en relación con estos activos.

Asimismo, Escribano tendrá que resolver los retrasos acumulados en el programa de blindados 8x8, uno de los proyectos principales del Ministerio de Defensa. Para acelerar las entregas, Indra asumió en octubre la mayoría del capital de TESS, el consorcio encargado del programa, donde también participan Santa Bárbara, Sapa y Escribano Mechanical and Engineering.

TELEFÓNICA PODRÍA COMPRAR MINSAIT A INDRA

En este sentido, tras el nombramiento de Murtra como nuevo presidente de Telefónica, el Gobierno planea que la operadora tome el control de toda o parte de la filial tecnológica de Indra, Minsait.

Con este gran movimiento corporativo, el Ejecutivo pretende crear un campeón nacional de las telecomunicaciones y la tecnología. Al tiempo que también lograría que Indra gane peso en el sector de la tecnología de la defensa haciendo caja al desprenderse de otras partes de su negocio.

Otra de las opciones que según El Periódico también está sobre la mesa es que Teléfonica compre íntegramente Indra, un viejo proyecto de Moncloa. Sin embargo, destacan que esto supondría un problema para los intereses estratégicos españoles por los planes de crecimiento de la compañía en el sector de defensa y la presencia actual de Arabia Saudí como gran accionista de Telefónica.