La falta de firmeza de Trump al negar una recesión aviva los temores sobre EEUU
El fantasma de la recesión en Estados Unidos empezó a rondar los mercados con firmeza la semana pasada en medio de la errática postura arancelaria de Donald Trump, con decisiones que se toman un día y se cambian al siguiente y que amenazan con afectar el crecimiento económico. Todo esto está siendo recogido por los índices estadounidenses, que perdieron entre un 2% y un 3% entre el lunes y el viernes.

Las últimas palabras de Trump, en este caso al ser preguntado por el impacto económico de todas estas medidas, están contribuyendo a poner aún más nerviosos a los mercados, como demuestra el comportamiento de Wall Street este lunes, con más números rojos.
En una entrevista en Fox emitida este domingo, Donald Trump no fue tajante al negar una posible recesión en EEUU, y eso no gusta en absoluto a los inversores. Al ser preguntado durante la entrevista si espera una recesión este año, Trump no lo negó y contestó que el momento actual es de transición.
"Hay un período de transición, porque lo que estamos haciendo es muy importante. Estamos trayendo riqueza de vuelta a Estados Unidos”, dijo en el programa Sunday Morning Futures de Fox. “Lleva un poco de tiempo, pero creo que debería ser genial para nosotros”.
Por su parte, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutninck, se mostró mucho más contundente tras las declaraciones de Trump, y dijo que "no habrá recesión en Estados Unidos". Lutnick reconoció que los aranceles llevarán a precios más altos para los consumidores estadounidenses en algunos productos fabricados en el extranjero, pero dijo que los productos estadounidenses serán más baratos. "De ninguna manera", afirmó al ser preguntado por la posibilidad de una recesión.
MAL COMIENZO DE SEMANA
"Para comenzar la semana, los inversores deberán digerir unas declaraciones de este fin de semana del presidente de EEUU, Donald Trump, en las que no terminó de descartar una posible entrada en recesión este año de la economía de su país. Según reiteró, su Administración está llevando a cabo cambios sustanciales, los cuales pueden provocar algo de turbulencias en el corto plazo, pero afirmó que él cree que generarán gran prosperidad en el futuro", comenta Juan José Fernández-Figares, director de gestión ICCs de Link Securities, en su análisis diario de mercado.
En opinión de este experto, aunque todo esto está por ver, tanto el daño a corto plazo como la prosperidad a largo plazo, la realidad es que la actuación de la nueva Administración estadounidense, "por momentos errática e impredecible, está haciendo muy compleja la labor de analistas y gestores, así como la de las propias compañías cotizadas, ya que el escenario que deben afrontar todos ellos cambia por momentos y de forma radical".
Por su parte, Milad Azar, analista en XTB MENA, indica que el dólar estadounidense podría seguir bajo presión mientras se mantiene en un mínimo de cuatro meses después de haber caído más del 3% la semana pasada.
"Las crecientes preocupaciones económicas en los Estados Unidos han afectado al billete verde, con el informe decepcionante de nóminas no agrícolas del viernes y un inesperado aumento en la tasa de desempleo que refuerzan los temores de un mercado laboral en desaceleración".
Se refiere también este experto a la entrevista de Trump. "Sumado a estos desafíos económicos, el presidente Donald Trump insinuó en una entrevista de fin de semana que una recesión este año sigue siendo posible debido a las tensiones comerciales en curso. En consecuencia, los operadores podrían buscar activos alternativos de refugio seguro, como el yen japonés y el franco suizo, lo que podría ejercer más presión sobre la moneda estadounidense".
Mientras tanto, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años cayeron por debajo del 4,3%, mientras los inversores evalúan los últimos datos económicos mixtos.
"Las cifras de inflación (de EEUU) de esta semana podrían jugar un papel crucial en la formación de expectativas sobre el próximo movimiento de la Reserva Federal. Una inflación resistente podría respaldar los rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU y al dólar. Por el contrario, cifras más suaves podrían alimentar las expectativas de una postura dovish de la Fed, aumentando la presión vendedora sobre la moneda".