La Unión Europea hablará este viernes con Estados Unidos para negociar los aranceles
Maros Sefcovic, comisario de Comercio de la Unión Europea, hablará este viernes con los representantes comerciales de Estados Unidos para intentar buscar una solución y negociar a la baja los aranceles del 20% anunciados por Donald Trump a las exportaciones comunitarias, y que se suman a las tarifas aplicadas ya al acero, al aluminio y a los fabricantes de automóviles.

"Los aranceles injustificados son inevitablemente contraproducentes. Actuaremos con calma, de forma gradual y unificada, mientras calibramos nuestra respuesta, permitiendo el tiempo necesario para las conversaciones. Pero no nos quedaremos de brazos cruzados si no logramos llegar a un acuerdo justo. Hablaré mañana con mis homólogos estadounidenses", explicó Sefcovic este jueves en su perfil de X.
Aunque no parece probable que se alcance un acuerdo, Donald Trump mantiene la puerta a las negociaciones. En declaraciones realizadas a los medios este jueves a última hora desde su avión presidencial, Trump señaló que "los aranceles nos dan un gran poder para negociar, todos los países nos han llamado".
Al ser preguntado sobre si eso supondrá recortar las tarifas, contestó que "eso depende de si alguien nos ofrece algo fenomenal, siempre y cuando nos dieran algo bueno".
REUNIÓN EN BRUSELAS EL LUNES
Por el momento, Bruselas prepara una lista de productos estadounidenses a los que aplicar tarifas a partir del 15 de abril, en respuesta a los aranceles de EEUU al acero y al aluminio, por un volumen de 26.000 millones de euros.
Esta lista será discutida por los ministros de Comercio de los 27 países de la Unión Europea, que se reunirán el próximo lunes en una cumbre extraordinaria.
MECANISMO ANTI-COERCIÓN
Entre las herramientas que la UE contempla se encuentra el mecanismo anti-coerción, diseñado precisamente en respuesta a las tácticas comerciales del primer mandato del republicano.
Aunque nunca se ha utilizado, este instrumento, apodado la "bazuca" por su potencial impacto, requiere la aprobación del Consejo y el Parlamento antes de su activación
Su objetivo es sancionar a aquellas potencias que empleen la presión comercial para influir en la política comunitaria.