El plan Trump de paz para Ucrania "parece tan desequilibrado que podría ser una mala noticia"
¿Y si el plan Trump de paz para Ucrania no es tan bueno como parece? Es el temor que sobrevuela los mercados tras conocer el documento de 28 puntos que EEUU habría acordado con Rusia para poner fin al conflicto, y que deja a Ucrania entre la espada y la pared al contemplar cesiones de territorio, así como límites a su ejército y que abandone sus ambiciones de unirse a la OTAN. Aunque "un impulso a la paz normalmente debería ser una buena noticia", este plan "parece tan desequilibrado que podría ser, en cambio, una mala noticia".

Son palabras de los expertos de Berenberg, que han alertado en un informe sobre las consecuencias de las negociaciones de paz. Creen que algunas de las exigencias a Kiev, como la entrega de las zonas no ocupadas de la región de Donetsk, la inclusión en su Constitución del compromiso de no unirse a la OTAN y la limitación del tamaño de sus fuerzas armadas a 600.000 efectivos, "podrían ser prácticamente inaceptables para Ucrania".
Y es que el documento que se ha dado a conocer "se acerca a algunas de las exigencias maximalistas de Rusia", comentan los analistas de la firma germana, que cree que si no hay ningún cambio obligará a Kiev a ceder en una serie de aspectos que podrían ser perjudiciales a largo plazo.
Como ejemplo, en Berenberg comentan que el acuerdo, tal y como se ha planteado, convertiría a Ucrania en un país "vacío de seguridad, amargado e inestable, con muchos ucranianos profundamente decepcionados con Occidente", pero también obligaría a Europa a "gastar aún más en su propia defensa contra una Rusia parcialmente victoriosa".
Asimismo, podría "tensar las relaciones entre Estados Unidos y Europa y debilitar la cohesión de la alianza de la OTAN", al tiempo que profundizaría las divisiones dentro de Europa al "fortalecer a los partidos populistas, en parte pro-Putin, y envalentonar a figuras como el húngaro Viktor Orban". Sin olvidar, remarcan estos estrategas, en que se mandaría un mensaje peligroso a China, al "sugerir que la agresión puede dar sus frutos".
"Un resultado así sería muy favorable para Rusia", y aunque su impacto en la economía y los mercados europeos "probablemente sería limitado, al menos a corto plazo", no se puede obviar que "las consecuencias políticas de un éxito ruso de facto podrían ser más graves", afirman desde Berenberg.
Lo cierto es que el documento no es definitivo y parece que aún está en desarrollo, al calor de las informaciones sobre las reuniones mantenidas este fin de semana, y que siguen este lunes, entre EEUU y Ucrania en Ginebra (Suiza), que hablan de un acercamiento para lograr un "marco de paz actualizado y refinado".
Los líderes ucranianos y europeos están impulsando cambios que podrían hacer que el plan sea "menos inaceptable" para Ucrania, con la idea de lograr un acuerdo que realmente deje a Kiev en un buen lugar. Y es que la fecha límite impuesta por el presidente de EEUU, Donald Trump, para llegar a un acuerdo se acerca (el plazo vence el próximo jueves, 27 de noviembre, día de Acción de Gracias).
Pero en la firma alemana de análisis avisan: "Si no se llega a un acuerdo, el presidente estadounidense Donald Trump podría culpar a Ucrania y a Europa, en lugar de a Rusia, de la guerra en curso".
En cualquier caso, remarcan estos expertos, "si el plan se modifica significativamente, Rusia podría negarse a firmarlo", y "si no se logra un acuerdo aceptable para Kiev, Europa podría intentar intervenir con mayor fuerza con más dinero y armas, lo que podría permitir que Ucrania siga luchando durante un tiempo, incluso sin el apoyo de Estados Unidos".
Además, en EEUU "no todos los republicanos en el Congreso parecen estar dispuestos a abandonar a Ucrania como Trump ha amenazado con hacer si Kiev no firma un acuerdo pronto". Por tanto, aunque la presión sobre Ucrania y Europa "es ahora mucho más intensa", lo cierto, señalan desde la casa germana, es que "sigue siendo posible que la guerra simplemente se prolongue".
De hecho, comentan desde ING, pese a las negociaciones "las casas de apuestas no muestran un aumento significativo en la probabilidad de paz, con una posibilidad del 33% para finales del primer trimestre de 2026, similar a la de este verano, lo que indica cierto escepticismo tras fracasos anteriores" de las conversaciones.
EUROPA, IGNORADA
Por su parte, los estrategas de Rabobank ponen el acento en el nulo papel de Europa en todo este proceso. "Cabe señalar que los políticos europeos han sido completamente marginados. Algunos se han mostrado reacios a aceptar los términos y, en su lugar, han propuesto un plan alternativo más favorable para sus propios intereses y los de Ucrania, pero que carece de la aceptación de Estados Unidos o Rusia y no parece ser tomado en serio por Ucrania", comentan.
"Otros han afirmado que la UE debería tomar el plan estadounidense como punto de partida y negociar los detalles. Una vez más, el incoherente y lento aparato político europeo está siendo explotado por potencias extranjeras a su costa", aseveran.
Estos analistas señalan que Europa "tiene muy poca influencia para intervenir en las negociaciones, ya que las garantías de defensa cruciales para el proceso solo pueden implementarse de forma realista con el peso de las armas estadounidenses". Para los expertos de Rabobank, "el temor de algunos políticos europeos es que, si no acceden a las condiciones estadounidenses (especialmente si Ucrania las acepta a regañadientes), Estados Unidos simplemente les entregará las llaves y les dirá que Rusia es ahora su problema".
En el banco holandés creen, de hecho, que este proceso "pone de relieve la extraordinaria impotencia geopolítica de la UE, ya que, al igual que Ucrania, se ve sometida a condiciones impuestas desde el exterior sin siquiera tener un con su permiso". Y, añaden estos expertos, también pone de relieve la "constante determinación del gobierno de Washington de buscar la distensión con Moscú, ya que considera al Kremlin un socio natural en la competencia geopolítica de Estados Unidos con China".
En Rabobank destacan también que el acuerdo de 28 puntos "incluye disposiciones para la cooperación económica entre Rusia y Estados Unidos, explícitamente en los ámbitos de energía, recursos naturales, infraestructura, inteligencia artificial, centros de datos, proyectos de extracción de tierras raras en el Ártico y otras oportunidades corporativas mutuamente beneficiosas".
"Esto beneficia a Washington en muchos aspectos, ya sea para reforzar las vulnerabilidades de su propia cadena de suministro, mantener a la UE en una posición desequilibrada o garantizar que Rusia pueda representar un freno creíble contra el dominio chino en Asia Central (donde la influencia rusa ha ido menguando)", comentan.
Pero opinan que también existen riesgos para EEUU, y es que "corre el peligro de aceptar términos demasiado generosos para Rusia y, en la práctica, justificar su estrategia de usar la fuerza militar para restablecer el orden geopolítico en Europa del Este". Y eso, comentan los analistas del banco holandés, podría "legitimar la fuerza como herramienta de política estatal en otros lugares", lo que creen que es un "riesgo evidente" en Asia Oriental, donde solo a modo de ejemplo las relaciones entre China y Japón se encuentran en su punto más tenso en décadas.



