Pedro Sánchez acude a una investidura sin garantías: todos los escenarios
En marzo de 2016, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, perdió su primera sesión de investidura. Más de tres años después y con un renacer político, una moción de censura y unas elecciones ganadas en su haber, el líder del PSOE vuelve a pedir la confianza del Congreso con las mismas posibilidades que contaba por aquel entonces. Es decir, más bien pocas.
El desencuentro con Podemos ha marcado semanas de negociaciones durante las que los socialistas no se han asegurado el apoyo de la formación de Pablo Iglesias. Sin opciones de que Ciudadanos o el PP se abstengan y sin tener claro el sentido del voto de los independentistas catalanes o EH-Bildu, el resultado apunta que Sánchez repetirá su fracaso.
En el partido tienen más que asumido que las aspiraciones de revalidar La Moncloa se verán frustradas esta semana. "En estos momentos no tenemos esperanzas", explican fuentes socialistas a este medio. Aunque reconocen que aún hay margen: "Ahora se puede mover todo muy rápido o no moverse nada", agregan.
Con la espada de Damocles de la repetición electoral sobre sus cabezas el PSOE baraja tres escenarios:
El primero, obviamente, es un acuerdo in extremis con Podemos. El veto a Iglesias ha enrarecido aún más las relaciones entre las dos fuerzas progresistas, que han encajado un alto nivel de daño durante las conversaciones para formar gobierno. El empecinamiento del secretario general de los morados en participar del nuevo Ejecutivo es el único escollo a la hipotética coalición, según declaró Sánchez el pasado jueves.
Con el reloj de la investidura corriendo, la oposición a la entrada en el Gobierno de miembros de Podemos se limita ahora a su líder. Mientras hace apenas unas semanas Sánchez "no quería a nadie de Podemos en el Consejo de Ministros ni en pintura", según fuentes conocedoras, ahora barajan nombres como el de Pablo Echenique, Rafael Mayoral o Irene Montero para cargos ministeriales.
No obstante, los Podemitas se han tomado el ensañamiento con su líder como una afrenta y han cerrado filas en torno a Iglesias. "Es el juego del gallina, un auténtico pulso, y la clave está en ver quién es capaz de aguantar más la presión", explica Jordi Pacheco i Canals, decano del Colegio de Politólogos de Barcelona.
En segundo lugar, no se descarta una abstención de Podemos con el apoyo del PNV, Compromís, el Partido Regionalista de Cantabria, los independentistas catalanes de ERC y JuntsxCatalunya y EH Bildu. Así lo dejó caer la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo. No obstante, estos partidos no están por la labor de dar el sí a Sánchez y el PSOE no ha negociado con ellos. De hecho, ERC ha dejado caer que se abren a apoyar un pacto entre los socialistas y Podemos.
SEPTIEMBRE O ELECCIONES
El tercer escenario, por el que apuestan todos los politólogos y analistas es que haya un segundo intento en septiembre. La primera votación de la investidura del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este 23 de julio activará los plazos que marca la Constitución para elegir un candidato que cuente con el apoyo del Congreso o, en caso contrario, disolver las cámaras y volver a celebrar elecciones.
Así, si Sánchez no recibe la confianza del Congreso en esta primera votación, en la que necesita de mayoría absoluta para ser elegido, o en la que se celebre 48 horas después, el 25 de julio, donde le son necesarios más síes que noes, se abrirá un plazo de dos meses hasta el próximo 23 de septiembre para que los grupos políticos traten de alcanzar un acuerdo.
En estos dos meses, Sánchez podría volver a intentar recibir la confianza de la cámara, ya que la Constitución establece que en ese periodo "se tramitarán sucesivas propuestas" de candidatos, igual que lo puede intentar hacer otro líder político, pero tiene que ser el Rey, previa consulta con los grupos políticos, quien lo proponga como candidato.
Pacheco i Canals avisa que habrá que prestar mucha atención a las encuestas que se publiquen en los próximos meses, ya que si siguen mostrando un auge del PSOE en unos nuevos comicios en noviembre, "tienen alicientes para seguir aguantando la presión". En cambio, si arrojan una suma de las fuerzas de derechas, Podemos y los socialistas tendrán incentivos extra para alcanzar un entendimiento.
En este sentido, el politólogo cree que la formación morada se verá completamente entre la espada y la pared, ya que "se les puede llegar a atribuir a ellos que no se forme un gobierno de izquierdas".
En caso de que entre agosto y septiembre no haya fumata blanca, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones, que se celebrarían el 10 de noviembre, 47 días después de disueltas las Cortes.