La OPV de SpaceX podría convertirse en el gran catalizador de Alphabet
“Las grandes historias de bolsa no siempre cotizan a la vista”. A veces se esconden en una nota a pie de página, en una participación olvidada o en una inversión hecha cuando el futuro aún parecía ciencia ficción. Eso es exactamente lo que podría ocurrir con Alphabet si SpaceX, el gigante espacial de Elon Musk, decide dar el salto al parqué en 2026.

Las expectativas no son menores: se habla de una valoración cercana a 1,5 billones de dólares, lo que convertiría a la operación en la mayor salida a bolsa de la historia. Pero más allá del ruido mediático, hay un beneficiario silencioso que empieza a aparecer en el radar de los inversores: Alphabet.
UNA APUESTA TEMPRANA QUE PUEDE CAMBIARLO TODO
Alphabet fue uno de los primeros grandes inversores externos en SpaceX. En 2015, la empresa invirtió 900 millones de dólares para hacerse con un 7,4% de la compañía, cuando la valoración rondaba los 12.000 millones y Starlink era poco más que un proyecto sobre el papel.
“En aquel momento, la inversión se consideraba altamente especulativa”, recuerda Ryan Hasson, analista de MarketBeat. Una década después, ese movimiento se ha convertido en una de las apuestas de capital riesgo más exitosas de la era moderna.
DE GANANCIA CONTABLE A ACTIVO ESTRATÉGICO
A comienzos de 2025, Alphabet ya reconocía unos 8.000 millones de dólares en ganancias no realizadas vinculadas principalmente a su participación en SpaceX, reflejando valoraciones privadas cercanas a los 350.000 millones. Ese ajuste contable llegó a representar casi una cuarta parte del beneficio neto trimestral del grupo.
Pero el verdadero punto de inflexión llegaría con una OPV. “Si SpaceX sale a bolsa cerca de los niveles que se manejan, la inversión original de 900 millones podría valer más de 110.000 millones de dólares”, subraya Hasson. En ese escenario, SpaceX dejaría de ser una nota secundaria para convertirse en uno de los activos estratégicos más valiosos jamás incluidos en el balance de una empresa cotizada.
STARLINK, EL MOTOR REAL DEL CAMBIO
El gran catalizador detrás de esta revalorización no es el romanticismo espacial, sino Starlink. SpaceX ha pasado de ser una compañía de lanzamientos a convertirse en un proveedor global de infraestructura de comunicaciones.
La reutilización del Falcon 9, con etapas que ya superan las 20 misiones, ha reducido drásticamente el coste de acceso al espacio y ha hecho viable una red satelital a gran escala. El resultado: más de 8 millones de suscriptores a finales de 2025 y unos ingresos anuales que podrían superar los 11.000 millones de dólares, con márgenes cada vez más cercanos a los de una utility de telecomunicaciones.
“SpaceX ya no se valora como una empresa aeroespacial tradicional, sino como una pieza crítica de la infraestructura global”, apunta el experto. No es casualidad que recientes ofertas internas hayan llegado a valorar la compañía en 800.000 millones, casi el doble en apenas unos meses.
POR QUÉ IMPORTA A LOS INVERSORES DE ALPHABET
Para los inversores de Alphabet, una OPV de SpaceX supondría algo más que un titular espectacular. Significaría cristalizar un valor oculto que hoy el mercado apenas descuenta en la cotización.
“Una salida a bolsa pondría cifras concretas a una de las grandes bazas invisibles de Alphabet”, explica Hasson. Y reforzaría una idea clave: el grupo no es solo publicidad, buscador y nube. Es también un conglomerado de apuestas de largo recorrido.
UN PATRÓN QUE SE REPITE: IA, WAYMO… Y ESPACIO
SpaceX no es un caso aislado. Waymo, la filial de conducción autónoma, explora una ampliación de capital que podría situar su valoración cerca de los 100.000 millones de dólares. A eso se suma la carrera en inteligencia artificial, donde Alphabet sigue siendo uno de los actores dominantes.
“Alphabet ha construido silenciosamente una de las carteras de innovación más potentes del mercado”, resume el experto. SpaceX sería simplemente el activo que obligaría al mercado a levantar la vista.
CONCLUSIÓN: EL CATALIZADOR QUE NO FIGURA EN LOS MODELOS
La posible OPV de SpaceX no garantiza subidas inmediatas en Alphabet. Pero sí introduce un catalizador de enorme magnitud que muchos modelos de valoración aún no reflejan. Para el inversor paciente, ese tipo de asimetrías suelen ser las más interesantes.
A veces, el verdadero despegue bursátil no viene de los resultados trimestrales, sino de una apuesta hecha hace diez años… cuando casi nadie estaba mirando al cielo.



