LetterOne y la banca tienen cinco días para cerrar un acuerdo y salvar a DIA
DIA ha perdido 144,4 millones en el primer trimestre del año. El deterioro del negocio ha elevado su patrimonio neto negativo a 175 millones, frente a los 99 millones con que cerró 2018. La compañía tiene hasta el 20 de mayo, cinco días, para resolver esta situación o tendrá que convocar de nuevo a los accionistas para aprobar la disolución de la compañía. Ese es el plazo que tiene LetterOne para cerrar las negociaciones con la banca acreedora de DIA y evitar ir a concurso de acreedores.
El lunes se cerró el período de aceptación de la opa de LetterOne y, a falta de que la CNMV confirme las cifras, el fondo de Mijaíl Fridman confía en haber sobrepasado el umbral del 50% del capital de DIA. Tener el control en el Consejo de Administración era una de las claves para que el magnate ruso siguiera invirtiendo en la compañía pero su línea roja a la hora de activar la inyección de 500 millones es cerrar un acuerdo de refinanciación de la deuda con el pool de bancos liderados por Santander, BBVA, Barclays y Société Générale a los que la compañía debe 912 millones de euros.
El fondo, que controlaba un 29% de DIA antes de la opa, ha mantenido conversaciones informales en los últimos meses con los bancos, y hay visos de acuerdo en los próximos días. Desde LetterOne han subrayado en diversas ocasiones que no han pedido, ni se pedirá, una quita de la deuda ya que no es necesario para sacar adelante su plan de transformación para DIA.
Este plan tiene un horizonte de cinco años y sí requiere una concesión por parte de los acreedores: que la compañía no tenga que afrontar vencimientos hasta 2023. Además de este periodo sin vencimientos, el fondo de Fridman ha solicitado 380 millones de liquidez adicional, frente a los 170 millones previstos anteriormente. Los bancos, sin embargo, siguen en un prudente esperar y ver: prefieren conocer el resultado de la opa y tener claro qué poder tendrá LetterOne entre los accionistas antes de cerrar el acuerdo.
Hasta marzo, la deuda financiera de DIA superó los 1.702 millones, 251 millones más que al cierre de 2018. Los fondos propios negativos del la compañía ascienden a 308,5 millones.
RIESGO DE QUIEBRA
Las ventas netas del grupo han caído un 7,2% hasta marzo, a 1.664,6 millones, señala el informe trimestral de la compañía. La incertidumbre sobre el rumbo de DIA ha pasado factura entre los proveedores que han endurecido sus condiciones temerosos de que la compañía se fuera a pique, provocando rotura de inventario en almacenes y tiendas y hundiendo más las ventas, señala DIA. El resultado bruto de explotación (Ebitda) ha caído cuatro veces y media respecto al primer trimestre de 2018, hasta 12,4 millones.
Este deterioro en las ventas deja a DIA en una situación "extremadamente desafiante" para su operación y sostenibilidad teniendo en cuenta que tiene menos de una semana para revertir la causa de disolución y que el préstamo sindicado que los bancos concedieron en diciembre vence a finales de este mes, ha recordado la compañía.
El equipo directivo que lidera Borja de la Cierva ha insistido en que, a corto plazo, que LetterOne tome el control de la compañía, logre refinanciar la deuda con los bancos y ejecute el aumento de capital de 500 millones que logró el respaldo de los accionistas en la junta de marzo es vital para evitar que DIA se vea forzada a "presentar concurso de acreedores y/o iniciar el proceso de liquidación".
El 20 de mayo cumplen los dos meses que, desde la junta de marzo, tenía la compañía para tomar medidas que reviertan la situación de patrimonio neto negativo. Si no revierte esta causa de disolución, la ley da un plazo extra de cuatro meses, el preconcurso de acreedores, para evitar la disolución de la empresa. Si Fridman y la banca no logran un acuerdo en los próximos días, LetterOne todavía podría inyectar los 500 millones en DIA en ese período. El fondo se ha mostrado dispuesto a hacerlo a través de un préstamo participativo, y ha asegurado que hay otras vías para evitar declarar la quiebra de la empresa.
¿Y EL QUE NO ACUDIÓ A LA OPA?
Los títulos de DIA han caído este martes más de un 9%, hasta los 0,61 euros. Sin el soporte de la opa de LetterOne, la cotización se ha desplomado, coincidiendo además con la confirmación de las funestas cifras del primer trimestre.
A falta de confirmar los datos de aceptación de la oferta, un grupo de irreductibles minoritarios permanecerá en el accionariado de la compañía. Lo encarnan el inversor galo Gregoire Bontoux, exsocio de Carrefour, que cuenta con un 3,261% del capital, según los registros de la CNMV; el portugués Luis Amaral que a través de Western Gate, el brazo inversor de su family office tiene otro 2%; y el 3% de minoritarios representados por la Asociación de Accionistas Defensores de DIA (AADD). Hasta el lunes, día en que se cerró la opa, otro 9% estaba en manos de Emmanuel Boussard, fundador del fondo Boussard&Gavaudan y alrededor de otro 6% repartido entre Credit Suisse, Ibercaja, Melqart y Scotiabank.
El inversor que no acudió ha de recordar que el siguiente paso de LetterOne es ejecutar una ampliación de capital a un mínimo de 0,10 euros por acción y que, si no acude, su participación se vería fuertemente diluida.