El Ibex sobrevive al agosto más tormentoso y da una señal de fortaleza
Prácticamente todo lo que podía salir mal en agosto ha salido mal: en Italia ha caído el Gobierno, se ha confirmado el crecimiento negativo en Alemania, Estados Unidos y China han recrudecido su guerra comercial y los asiáticos han devaluado el yuan, Boris Johnson ha puesto al Reino Unido al filo de un Brexit duro... Y, por si faltaba algo, Argentina va a volver al peronismo y cunde el miedo a un nuevo default. De la política española, mejor no hablamos. ¿Y el Ibex? Bien, gracias.
El Ibex ha sufrido serios bandazos en agosto y ha llegado a marcar un mínimo algo por encima de 8.400 puntos. Pero no ha llegado a inquietar los 8.300 de los mínimos del año (el soporte crítico) y, desde ahí, ha sido capaz de recuperar los 8.800. Los ataques posteriores no han sido capaces de hacerle perder la zona de 8.700, que se configura como un nivel relevante.
Es verdad que, mientras no se superen los 9.600, el índice español recuperará la tendencia alcista. Pero también lo es que no bajar cuando hay tantos argumentos para hacerlo es una señal de fortaleza. Es más, eso indica que, si esos factores mejoran, el índice puede vivir un rally importante.
LOS PROBLEMAS SE VAN ARREGLANDO
Y eso es lo que puede ocurrir en septiembre, puesto que agosto ha terminado con una clara mejoría en muchos frentes. Lo más importante es la guerra comercial, y, tras los aranceles cruzados del G7, ha llegado una importante distensión que hace brotar esperanzas de que la sangre no llegue al río. Lo de Italia parece arreglado, y, aunque un Ejecutivo equivalente a PSOE-Podemos no es el favorito del mercado, al menos da estabilidad y los analistas lo perciben como menos peligroso que uno de Salvini en solitario.
Más preocupante parece la ralentización de la economía europea, pero el BCE está presto a acudir al rescate y anunciará nuevas bajadas de tipos (es decir, tipos más negativos) y estímulos el 12 de septiembre. Es posible incluso que invierta en bolsa. Lo más complicado es el Brexit, pero el mercado se ha acostumbrado a vivir con esa incertidumbre permanente y no considera que la salida sin acuerdo sea lo más probable.
ESPERANZA ALCISTA, PERO CON CAUTELA
Es decir, el panorama tiene bastante mejor pinta que hace un mes (aunque todo está cogido con alfileres y podemos tener nuevos sustos). Además, hay elementos que han contribuido a sujetar las bolsas y que siguen presentes: el apoyo al mercado del Gobierno estadounidense y de la Reserva Federal, la enorme cantidad de dinero que se perdió la subida de principios de año y que estaba esperando una oportunidad para entrar (oportunidad que tiene ahora) o la falta de alternativas a la bolsa cuando cada vez hay más bonos con rentabilidad negativa.
El lado negativo es la banca española: si la actuación del BCE es positiva para la economía y el mercado en general, para el sector financiero es nefasta porque comprime todavía más sus márgenes; de ahí que las entidades hayan empezado a cobrar intereses por los depósitos y que preparen nuevas fusiones. Y dado el enorme peso de los bancos en el Ibex, si ellos no tiran, es difícil que el índice supere resistencias.