¿Dólar o euro? La divisa más fuerte en 2005 por la debilidad global y su estatus de refugio
La debilidad global y su estatus de refugio seguro hará que esta divisa sea la que destacará este año, según las proyecciones de Ebury. Auguran una perspectiva bajista para el euro, pero prevén la posición del dólar como divisa fuerte en 2005.
"La fortaleza generalizada del dólar tras la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2024 está impulsada por las políticas proinflacionarias que forman parte de su programa y, por tanto, de unos tipos más altos de la Reserva Federal (Fed)".
Mientras tanto, la perspectiva bajista para el euro se debe "al estancamiento económico de la zona euro y los recortes agresivos del Banco Central Europeo (BCE)".
Asimismo, el impacto de los aranceles de Trump, "que reducirían la demanda estadounidense y, por ende, el crecimiento en la UE, constituiría un lastre adicional para el euro". Así lo explican en su último informe sobre Perspectivas de Mercado Global 2025, en el que afirman que ven probable que el EUR/USD alcance la paridad en algún momento de la primera mitad del año.
Como detallan, hay varios focos de atención en los mercados este año y factores que podrían impulsar la volatilidad en el mercado de divisas. En primar lugar, apuntan al próximo presidente de EEUU, cuya administración será, a su parecer, probablemente la mayor incógnita para los inversores de cara a 2025: "Aunque tenemos algo más claras sus políticas fiscales, el impacto de sus planes arancelarios en la economía mundial es una incertidumbre mucho mayor".
"La imposición de aranceles generales a todas las importaciones sería el peor escenario posible para el crecimiento mundial, y el más alcista para el dólar, aunque esta no es nuestra línea de base", dicen.
En segundo lugar señalan a los riesgos de una desaceleración del crecimiento mundial. "El resultado de las elecciones en EEUU ha planteado la posibilidad de mayores restricciones comerciales y de una guerra comercial más amplia, lo que llevaría a un crecimiento más débil y a una mayor inflación", afirman.
Como tercer asunto hacen referencia a la carrera por los tipos terminales de los bancos centrales. Durante 2025, los ciclos de relajación iniciados el año pasado continuarán y no será cuestión de si bajan los tipos, sino de cuánto.
"Aunque la flexibilización de la política monetaria continuará este año, el nivel de los tipos terminales, cuando los bancos centrales dejen de recortar, será mucho más alto que en el período 2002-2004 o en la década de 2010. Una política fiscal laxa y un dólar más fuerte en general también podrían mantener altos los precios al consumidor", expresan.
En este sentido, para EEUU prevén un aterrizaje suave: "Creemos que será difícil para la economía estadounidense registrar niveles similares de expansión en 2025, principalmente debido a simples efectos de base". Sin embargo, no esperan una desaceleración significativa. "Parece que la economía estadounidense volverá a tener un desempeño superior al de sus principales pares y los mercados ven muy poco riesgo de un aterrizaje brusco".
Por su parte, ven a Europa coqueteando con el estancamiento. El crecimiento económico de la eurozona sigue por debajo de las ya modestas expectativas y parece probable que haya otro año de casi estancamiento en 2025. "Sin duda, estamos viendo algunas señales de recuperación", pero "las propuestas arancelarias de Trump serán clave".
"En última instancia, no esperamos una recuperación real del crecimiento del bloque este año", lo que creen que "debería mantener al euro bajo presión hasta finales de 2025". No descartan otro movimiento hacia la paridad EUR/USD en algún momento del año.
En cuarto lugar, el foco en la política europea. Destacan que los grupos de derecha y extrema derecha parecen estar ganando fuerza en el Viejo Continente. Un patrón aún más importante de cara a una reestructuración política en las dos mayores economías de la Unión Europea (UE) tras la aprobación de las mociones de censura contra el canciller alemán Olaf Scholz y el primer ministro francés Michel Barnier en diciembre.
Hay que recordar que Alemania celebrará elecciones anticipadas el 23 de febrero y que Francia tendrá que esperar al menos hasta julio para celebrar nuevos comicios. "Esto abre el camino para otro período de incertidumbre en la política europea que, como mínimo, podría socavar aún más la confianza de las empresas y los consumidores en el bloque común".