Todos los miembros del BCE vieron "apropiado" recortar los tipos en septiembre
Todos los miembros del Banco Central Europeo (BCE) apoyaron la propuesta de reducir el grado de restricción de la política monetaria mediante un segundo recorte de tipos de 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, según se refleja en las actas publicadas por el organismo.
"A pesar de que se esperan algunos datos irregulares en los próximos meses, el panorama general seguía siendo el de una tendencia desinflacionaria continua que avanzaba a un ritmo firme y más o menos según lo previsto", recoge el documento.
Como añade, "sobre la base de la evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria, ahora era apropiado dar otro paso para moderar el grado de restricción de la política monetaria".
Destacan que la inflación general había caído en agosto a niveles no observados desde el verano de 2021, antes del aumento repentino de la inflación, que y había señales de alivio de las presiones en el mercado laboral, con una desaceleración del crecimiento salarial y de los costes laborales unitarios.
En el encuentro, también se señaló que las perspectivas económicas generales para la zona euro "eran más preocupantes" y que la recuperación prevista era "frágil". Por ello, dado que la inflación se sitúa cada vez más cerca del objetivo, el BCE considera que la actividad económica real debería adquirir mayor relevancia para calibrar la política monetaria.
En cuanto a los movimientos futuros, los miembros del organismo europeo se mostraron, una vez más, decididos a garantizar que la inflación vuelva al objetivo de medio plazo del 2%, manteniendo los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para alcanzar esa meta.
También, que seguirán aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción.
"No debería haber ningún compromiso previo respecto de una trayectoria de tipos determinada. Por consiguiente, es mejor mantener la plena opcionalidad durante el período venidero para tener libertad para responder a todos los datos que se vayan recibiendo", exponen las actas.
Sobre la velocidad con que se debía reducir el grado de restricción, se subrayó que dependía de la evolución de los datos que se iban conociendo. Los miembros coincidieron en general en que sería adecuado adoptar un enfoque gradual para reducir las restricciones si los datos futuros se ajustaban a las proyecciones de referencia.
"Esto también se consideró coherente con la expectativa de que una flexibilización gradual de las condiciones financieras respaldaría la actividad económica, incluida la inversión tan necesaria para impulsar la productividad laboral y la productividad total de los factores", dicen.
Consideraron que actualmente parecía apropiado adoptar un enfoque "gradual y cauteloso porque no había plena certeza de que el problema de la inflación estuviera resuelto. Por lo tanto, era demasiado pronto para cantar victoria, en vista también de las revisiones al alza de las proyecciones trimestrales de la inflación básica y las recientes sorpresas al alza de la inflación de los servicios".
"Aunque la incertidumbre había disminuido, seguía siendo alta, y algunos de los factores y supuestos clave en que se basaban las perspectivas de referencia, incluidos los relacionados con los salarios, la productividad, las ganancias y la inflación básica y de los servicios, aún debían materializarse y avanzarían lentamente", añaden.
Así, el BCE cree que "la verdadera prueba llegaría en 2025", cuando quedaría más claro si el crecimiento de los salarios había disminuido, el crecimiento de la productividad había cobrado impulso según lo proyectado y la transmisión de los mayores costes laborales había sido lo suficientemente moderada como para mantener contenidas las presiones sobre los precios.