Pedro Sánchez se queda y trabajará "con más fuerza si cabe" como presidente del Gobierno
Fin al misterio. Pedro Sánchez ha anunciado este lunes, a través de una declaración institucional, su decisión de seguir como presidente del Gobierno. Tras cinco días de incertidumbre, y silencio total, el jefe del Ejecutivo por fin ha dado a conocer que seguirá al frente de España y como inquilino del Palacio de la Moncloa. Y lo hará "con más fuerza si cabe".
El socialista primero ha comunicado su decisión al Rey, con el que se ha reunido a primera hora de la mañana, tras cinco días de reflexión en los que ha llegado a la conclusión de que debe mantenerse al frente del Gobierno, pese a los ataques constantes que lleva recibiendo su familia "desde hace 10 años", y que se han intensificado de un tiempo a esta parte, especialmente contra su mujer Begoña Gómez.
"He decido seguir, seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno", ha dicho Sánchez, que ha advertido que esto "no es un punto y seguido, sino un punto y aparte". "Se lo garantizo", ha dicho tajante. Y es que cree que para ello es necesario que haya un verdadero cambio en la sociedad para acabar con el "fango" que está embarrando la política.
Como ha dicho, "asumo ante ustedes mi compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y serenidad por la regeneración y por el avance y consolidación de nuestra democracia", pero "solo hay una manera de revertir esta situación", y es que la mayoría social "se movilice en una apuesta por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo".
"Esto no va del destino de un dirigente en particular, eso es lo de menos. Se trata de decidir qué tipo de sociedad queremos ser", ha continuado el socialista, que opina que España "necesita hacer esta reflexión colectiva", una reflexión "que abra paso a la limpieza, a la regeneración, al juego limpio".
Y es que considera que "llevamos demasiado tiempo permitiendo que el fango colonice la vida pública, contaminándonos de prácticas tóxicas", ha afirmado. "Apelo a la conciencia colectiva de la sociedad española", que ha logrado "pasar de ser un país oscuro a referente internacional de libertad, democracia, progreso y convivencia".
"Pido que volvamos a ser ejemplo" en este asunto, porque "los males que nos aquejan no son exclusivos de España", ha dicho en referencia al ascenso en toda Europa de la ultraderecha, a la que ha definido, aunque sin mencionarla directamente, como "un movimiento que aspira a imponer su agenda regresiva y de odio". "Mostremos al mundo cómo se defiende la democracia. Pongamos fin a este fango de la única manera posible, mediante el rechazo colectivo, sereno, democrático, más allá de las siglas y la ideología" a todo lo que está ocurriendo.
EL APOYO HA SIDO CLAVE
El pasado miércoles, Sánchez anunció a través de una carta a la ciudadanía que colgó en su perfil personal de X (antes Twitter) que se iba a tomar unos días para pensar sobre su futuro. Lo hizo después de que un juzgado admitiese la denuncia de Manos Limpias contra su esposa, a la que defendió del "acoso y derribo" que estaba sufriendo por parte de medios y organizaciones de ultraderecha.
En todo este tiempo Sánchez no ha dado ninguna pista sobre lo que podría ocurrir este lunes, aunque finalmente ha decidido mantenerse como presidente del Gobierno de España. Ha sido clave, como él mismo ha dicho, el apoyo que ha recibido de los miembros de su gabinete, de destacados dirigentes socialistas y también de la militancia del PSOE. Y es que, como ha señalado, todo ha sido "gracias a esa movilización, que ha influido en mi decisión".
Cabe recordar que este sábado, en el Comité Federal que celebró el PSOE en la madrileña calle Ferraz, diversos dirigentes del partido, entre ellos la propia la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, le pidieron que siguiera como presidente del Gobierno. Como también lo hicieron los miles de militantes que se agolparon a las puertas de la sede para pedirle que se quedase.
Pero antes de agradecer todo el apoyo recibido, Sánchez ha sido claro al decir que hay cosas que no merecen la pena. "Si aceptamos todos como sociedad que la acción política permite el ataque indiscriminado a inocentes, entonces no merece la pena", ha apuntado, como tampoco el hecho de que las "mentiras más groseras sustituyan el debate basado en las evidencias".
Sobre todo, ha insistido, porque "por muy alto que sea, no hay honor que justifique el sufrimiento de los que uno más quiere, que se destruya su dignidad sin el mínimo fundamento", ha dicho en referencia a su cargo de presidente y a las informaciones en las que se ha visto envuelta su esposa.
"La carta pudo desconcertar porque no obedece a ningún cálculo político", ha apuntado también Sánchez, que ha reconocido que ha mostrado un sentimiento que en política "no suele ser admisible": sus dudas. "Duele vivir esta situación, no se lo deseo a nadie", ha afirmado, y es que "sea cual sea nuestro oficio, vivimos en una sociedad donde solo se enseña a mantener la marcha a toda costa". Y él creía que esta situación merecía parar y reflexionar.
Como ha explicado, "hay veces que la única forma de avanzar es detenerse, reflexionar, decidir con claridad por dónde queremos transitar", y eso es lo que ha hecho. En cualquier caso, ha apuntado que es hora de un cambio, porque "o decimos basta o esta degradación de la vida pública" acabará por afectar gravemente a España.
Ha reconocido que decidió tomarse estos días "por motivos personales", y ha incidido en que "no es una cuestión ideológica, hablamos de respeto, de dignidad. No tiene que ver con el legítimo debate entre opciones políticas, sino con las reglas del juego", ha insistido.
Porque "si consentimos que los bulos deliberados dirijan el debate político, si permitimos que se vuelva a relegar el papel de la mujer al ámbito doméstico, que la sinrazón se convierta en rutina, habremos hecho un daño irreparable a la democracia".
Bajo su punto de vista, "exigir resistencia incondicional es poner el foco en las víctimas y no en los agresores", y cree que no se debe confundir "libertad de expresión con libertad de difamación". "¿Queremos esto para España?", se ha preguntado Sánchez, que ha vaticinado que "esta campaña de descrédito no parará", porque él y su familia ya llevan 10 años "sufriéndola", pero ha sido claro al decir que "podemos con ella".
Por eso ha querido "agradecer las muestras de solidaridad y empatía que hemos recibido" estos días, y que le han llevado precisamente a decidir seguir como presidente del Gobierno.
SÁNCHEZ HA HECHO EL RIDÍCULO
Como era de esperar, las reacciones no han tardado en llegar. Quizá la más esperada de todas era la del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que se ha mostrado muy crítico con la decisión y la actitud de Sánchez. En su opinión, el presidente ha hecho el ridículo con esta "simulación de dimisión", y "hoy ha perdido una fantástica oportunidad para marcharse".
El presidente del PP ha acusado también al socialista de haber montado este "teatro", usando incluso al Rey de "actor secundario", para no dar explicaciones, y con ello ha indignado a una parte de los españoles. Asimismo, ha afirmado que Sánchez "ha preferido huir hacia adelante a dimitir". En su opinión, el jefe del Ejecutivo ha hecho "un gran daño a nuestro país", y lo peor de todo es que "no acepta la discrepancia".
"Quiere un país a su medida y su servicio", y tiene la "pretensión de ser aún más presidente aunque sea a costa de aún menos democracia". "Sánchez no ha asumido responsabilidades, solo se las sacude", ha apuntado también Feijóo, que ha dicho que "ya no hay vuelta atrás" y que el proyecto político del socialista "se ha acabado". Ahora, ha vaticinado, solo habrá "agonía y decadencia".
En cualquier caso, el popular ha anunciado que "no habrá elecciones, porque Sánchez teme a las urnas, aunque es lo que debería hacer, porque para hacer un punto y a parte, debe consultar a los españoles. Tampoco va a dimitir, y no le voy a presentar una moción de censura porque ha comprado los apoyos de sus socios", ha señalado.
Sus palabras han llegado después de que Manos Limpias lamentase que Sánchez siguiese en el cargo y anunciase más pruebas que apuntarán esta vez al propio presidente.