¿Volverá a caer el Gobierno de Lecornu? 24 votos separan a Francia del caos político

Los votos de confianza han sido impulsados por el partido de ultraderecha Agrupación Nacional, que lidera Marine Le Pen, y la formación de extrema izquierda que lidera Jean-Luc Mélenchon, la Francia Insumisa. No obstante, se prevé que el primer ministro pueda salir airoso de ambas votaciones gracias a una concesión clave: la reforma de las pensiones de 2023.

Y es que Lecornu ha propuesto suspender la emblemática reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron hasta, como pronto, las elecciones presidenciales de 2027. Asimismo, anunció que presentará una enmienda en noviembre para suspender dicha reforma.

No obstante, la suspensión de la ley de 2023, que eleva gradualmente la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, tendrá un coste político para Macron, ya que la reforma era uno de los estandartes de su política para reducir el elevado déficit francés.

Según cálculos del Elíseo, la suspensión también tendrá un coste de 400 millones de euros el próximo año y de 1.800 millones de euros en 2027 que deberá "compensarse con el ahorro.

"Esta suspensión (de la reforma de las pensiones) beneficiará en última instancia a 3,5 millones de franceses. Por lo tanto, deberá compensarse con el ahorro. No se puede lograr a costa de un mayor déficit", declaró Lecornu ante los diputados franceses durante la presentación de su nuevo proyecto de Presupuestos.

"Con esta enmienda del Gobierno corresponderá al Parlamento decidir y, por tanto, corresponderá a cada uno de los que estamos aquí expresar, en los términos más claros, nuestras convicciones. Se trata de decir lo que queremos para las pensiones, no solo para hoy, sino también para el futuro", agregó.

El futuro de las pensiones y del presupuesto sigue siendo incierto, ya que Lecornu ha dicho que no recurrirá al artículo 49.3 de la Constitución, la cual permite aprobar leyes sin votación parlamentaria, otorgando así a los diputados un mayor control sobre qué se legisla en el hemiciclo. Según los expertos, esto provocará un cambio en la dinámica de la Asamblea Nacional, donde los Gobiernos en minoría se habían apoyado en dicho mecanismo para bloquear propuestas más radicales de los legisladores.

Por otro lado, el proyecto de Presupuestos de Lecornu contempla recortes por valor de 30.000 millones de euros, 14.000 millones menos que los que proyectaba el plan de su antecesor, François Bayrou. También se contempla una batería de 39 medidas fiscales, entre la que se encuentra un mayor gravamen a grandes fortunas y la extensión de la contribución excepcional para empresas con beneficios superiores a 1.000 millones de euros, que afectará a 450 compañías en el país vecino. El objetivo de este plan es cumplir con el objetivo de déficit del 5,4% del PIB este año y llevarlo por debajo del 5% en 2026.

UNA VOTACIÓN AJUSTADA

Con este movimiento, el primer ministro francés parece haberse ganado el apoyo del Partido Socialista, clave en anteriores votaciones, que ya ha anunciado que no votará a favor de la censura. No obstante, no toda la formación, representada por 69 diputados en la Asamblea Nacional, está convencida: al menos cuatro diputados socialistas han desafiado las órdenes de su líder, Olivier Faure, y han anunciado que romperán la disciplina de voto.

Por otro lado, el partido también ha advertido que rechazará otras medidas de recorte del gasto, como el congelamiento de las prestaciones sociales y de las pensiones, y han advertido que su decisión de no censurar a Lecornu el jueves no significa un cheque en blanco para el primer ministro más fugaz de la República gala. "Veremos qué contiene el presupuesto, no hemos asumido ningún compromiso para votarlo", afirmó Boris Vallaud, presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional

A los socialistas rebeldes se les podría unir algún miembro de Los Republicanos, la formación tradicional de derecha, y poner más presión a un cálculo ya de por sí apretado. Laurent Wauquiez, líder del partido conservador en la cámara, ha ordenado a los miembros de su grupo que no censuren al Gobierno pese a no estar a favor de la reforma.

También ha habido voces críticas por parte del macronismo. Paul Christophe, líder de la formación Horizons, que apoyó a Macron en la campaña de 2022, ha definido la propuesta como "peligrosamente simplista". "Hacer creer a los ciudadanos que se puede salir de una crisis en un país tan endeudado como el nuestro suspendiendo esta reforma es un cuento que acabaremos pagando tarde o temprano", indicó.

Por su parte, tanto Le Pen como Mélenchon han criticado la tibieza de las formaciones tradicionales y del centro político francés y han asegurado que solo hay una salida: volver a las urnas ante la evidente fragmentación del hemiciclo francés. Tanto la formación de extrema izquierda como la de ultraderecha coinciden en que el mayor miedo de estos partidos no es la inestabilidad, sino volver a las urnas.

La cifra mágica es 289. Este es el número que necesita Lecornu para alcanzar la mayoría absoluta superar la moción de censura, ya que el Parlamento francés cuenta con 577 escaños. En total, 265 diputados han anunciado que votarán en contra de la continuidad de Lecornu, lo que deja al macronismo (213 escaños) con muy poco margen de maniobra, ya que el bloque opositor está a tan solo 24 votos de volver a coronar a Lecornu como el primer ministro más efímero del país.