La guerra comercial China-EEUU complica la política monetaria de la Reserva Federal
El nuevo capítulo de la guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China complicará la vida a la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), según anticipan varios expertos de mercado.
El banco central ya está recibiendo presiones por parte de Donald Trump para que baje los tipos de interés e iguale las medidas que tomará el Gobierno chino.
China will be pumping money into their system and probably reducing interest rates, as always, in order to make up for the business they are, and will be, losing. If the Federal Reserve ever did a “match,” it would be game over, we win! In any event, China wants a deal!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 14 de mayo de 2019
Sin embargo, los analistas de Goldman Sachs consideran que la imposición de aranceles por parte de las dos mayores economías del mundo terminará generando inflación en Estados Unidos, lo que limitará la capacidad de la Fed para bajar los intereses.
Pese a que la inflación se mantiene bajo control en EEUU, la economía americana se encuentra en situación de pleno empleo y la presión salarial es el otro gran factor que debe vigilar el banco central para que los precios se mantengan bajo control.
"Nuestro escenario base es que se alcanzará un acuerdo y se dará marcha atrás en la imposición de aranceles, pero la probabilidad de que EEUU impongan aranceles a otros 300.000 millones de dólares de exportaciones chinas ha subido hasta el 30%", afirman desde Goldman.
"La reciente escalada crea el riesgo de mayor inflación (sobre todo en la inflación subyacente) y menor crecimiento del PIB", añaden los expertos del banco estadounidense, lo que aumenta ligeramente la posibilidad de que la Fed aumente los intereses en 2020.
En este sentido, George Efstathopoulos, gestor de fondos de Fidelity, comenta que "también estamos muy atentos al efecto de la guerra comercial sobre la inflación, que podría sentirse tanto en EEUU como en China.”
MENOS CRECIMIENTO ECONÓMICO
El consenso de analistas coincide en que China y EEUU necesitan lograr un acuerdo, aunque sea de mínimos, porque para ambos países es mejor un pacto que una guerra comercial. Sin embargo, también señalan que la guerra comercial que libran las dos mayores economías del mundo ya está afectando al crecimiento mundial y lo seguirá haciendo en el futuro.
Según cálculos de Barclays, los aranceles que ha impuesto EEUU sobre 200.000 millones de dólares de exportaciones chinas reducirán el crecimiento del PIB chino entre un 0,2% y un 0,3% durante 2019. Y si Trump sigue adelante con los aranceles al resto de exportaciones chinas, el impacto sería del 0,5% durante el siguiente año desde su aplicación.
Además, añaden un impacto "indirecto" para el crecimiento global y también para EEUU, ya que "una guerra arancelaria intensificada debilitaría la confianza de los consumidores y las empresas" a nivel global y terminaría afectando a las cadenas globales de suministro.
Según Bryan Collins, responsable de Renta Fija asiática de Fidelity, "las consecuencias de un arancel del 25% sobre otros 325.000 millones de dólares de productos deberían recortar un 1% el PIB de China durante los próximos 12-18 meses".
Desde Julius Baer, Patrik Lang, director de Renta Variable, comenta que "además de una caída de Wall Street, una guerra comercial a gran escala sería un riesgo importante para la economía de EEUU, que está significativamente expuesta al comercio mundial".
En su opinión, podrían producirse interrupciones en la cadena de suministro, caída de la confianza empresarial y otros efectos de segunda ronda que afectarían al crecimiento económico en el mundo desarrollado y en los mercados emergentes más que los efectos directos de las tarifas.
"Todavía parece poco probable que Trump esté dispuesto a aceptar una caída importante de la bolsa y una recesión antes de las elecciones presidenciales del próximo año. Sin embargo, la ventana de oportunidad es cada vez más pequeña", afirma Patrik Lang.
¿QUÉ HARÁ LA RESERVA FEDERAL?
En este escenario, a Jerome Powell y al resto de banqueros centrales de la Fed les toca la difícil tarea de conseguir el equilibrio entre seguir impulsando el crecimiento económico y asegurar la estabilidad de los precios. Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo a buen ritmo, la estrechez del mercado laboral y la escalada de la guerra comercial son dos asuntos que deberán tener muy en cuenta en los próximos meses.
Desde Berenberg, señalan que los efectos negativos de los aranceles existentes y adicionales "se compartirían entre una inflación modestamente más alta y un crecimiento real modestamente más lento". Y aquí es donde la tarea para la Fed será más complicada, ya que los efectos en la economía de EEUU "dependerán de manera crítica de si dañan la confianza de las empresas y los hogares", algo muy difícil de evaluar.
Pero la conclusión es clara. "La incertidumbre es mala para los negocios". Y la Reserva Federal deberá soportar las presiones de Trump, un crecimiento económico menor en los próximos meses y un aumento de la inflación que complicará aún más su tarea de dirigir la política monetaria en la mayor economía del mundo.