Los expertos, tranquilos con el bitcoin: "No está construido sobre bases débiles"
Lo que Donald Trump te da, Donald Trump te lo quita. Es innegable que el segundo mandato de Trump como presidente de Estados Unidos está siendo netamente positivo para las criptomonedas gracias a la mayor regulación y, por consiguiente, a la creciente adopción institucional de esta clase de activos. Pero también lo es que el mercado ha experimentado varios episodios de inusitada volatilidad en sus casi diez meses al frente del país norteamericano.

Y es que, el pasado viernes, el presidente de Estados Unidos amenazó a China con imponer aranceles del 100% a sus productos justo después de que Pekín endureciese los controles a la exportación de tierras raras, uno de los recursos más codiciados del mundo. Aunque Trump –con un poco de ayuda de China– ha tratado de rebajar tensiones, los efectos en el mercado han sido palpables.
En apenas 24 horas, el bitcoin (BTC) y el ethereum (ETH) se dejaron más de un 10% en el mercado, con la criptomoneda reina perdiendo los 110.000 dólares apenas unos días después de renovar sus máximos históricos. Según cifras de CoinGlass, la venta masiva de criptos provocó la liquidación de más de 19.000 millones de dólares en un período de 24 horas, convirtiéndose en el mayor evento de liquidación diaria en la historia de las criptomonedas en términos de valor en dólares. Según estos expertos, el "total real" de liquidaciones es "probablemente mucho mayor", ya que Binance, el mayor exchange del mundo, no reporta sus cifras tan rápido como otras plataformas.
Según Linh Tran, analista de XS, este desplome ilustra cómo bitcoin, pese a su cada vez mayor institucionalización, todavía conserva el "comportamiento reflexivo/reactivo" de un "instrumento de libre mercado". "Actúa como un espejo instantáneo del sentimiento de riesgo global, donde cada cambio en las expectativas de política económica se refleja de forma directa y sin intermediación", explica este estratega.
Desde una perspectiva macroeconómica, este evento se desarrolló en un momento "excepcionalmente sensible". Cabe recordar que, la Reserva Federal (Fed) parece haber iniciado su primer ciclo de recortes de tasas tras una prolongada fase de endurecimiento, pero los tipos de interés siguen siendo altos. Según Tran, esto refleja tanto el "creciente" peso de la deuda federal –más de 37 billones de dólares– como la enorme emisión de bonos necesaria para financiar el gasto público.
Por si fuera poco, el cierre del Gobierno contribuye a una mayor inestabilidad, ya que importantes datos macroeconómicos, como el informe de empleo, no se están publicando. Ello ha provocado que la Fed, que ya se había mostrado bastante cauta al término de la reunión de septiembre, siga extremando la precaución debido a la complejidad del contexto.
No obstante, esta misma inestabilidad, explica Tran, es lo que, paradójicamente, ha hecho que bitcoin "resulte más atractivo". "A medida que el dólar estadounidense se ve cada vez más pesado por la deuda y las tensiones políticas, bitcoin aparece como una alternativa atractiva para los inversionistas que buscan independencia del dinero controlado por los Gobiernos", señala.
Además, a diferencia de ciclos anteriores, en los que BTC se movía principalmente por flujos especulativos y el sentimiento de FOMO (miedo a quedarse fuera), la estructura de la demanda ha cambiado sustancialmente. En primer lugar, la aparición de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) representa "una nueva era de institucionalización", donde el capital de inversionistas profesionales está reemplazando "gradualmente" la especulación minorista.
"Gigantes como BlackRock, Fidelity y Ark han transformado a bitcoin de un instrumento volátil de negociación en un componente real de carteras de inversión diversificadas. Los flujos de entrada hacia los ETF, que ascienden a miles de millones de dólares en suscripciones netas durante el último trimestre, no solo han sostenido los precios, sino que también han cambiado el comportamiento del mercado: ahora es menos emocional, más disciplinado y cada vez más capaz de absorber impactos informativos sin desorden. La rápida recuperación de bitcoin tras el desplome del fin de semana es una clara evidencia de esta nueva base de liquidez", apunta Tran.
Ásimismo, este experto señala que, a través de los ETF, derivados del CME, bancos custodios y canales de inversión institucional, bitcoin ahora está profundamente integrado con los flujos de liquidez global. Es decir, cuando las acciones estadounidenses retroceden, BTC tiende a seguirlas; cuando los rendimientos bajan y el dólar se debilita, la criptomoneda reina se recupera.
"Lo particularmente notable es que este último shock ocurrió justo cuando la confianza de los inversionistas globales oscila entre la esperanza y la duda: esperanza de que el relajamiento monetario reduzca los costos de financiamiento y reactive el crecimiento, pero duda de que el enorme peso de la deuda estadounidense siga afectando el sentimiento. En esta lucha de fuerzas, bitcoin se ha convertido en un indicador directo del apetito de riesgo global. Cada vez que los mercados pierden confianza en la capacidad del Gobierno para manejar la política económica o mantener la estabilidad monetaria, bitcoin sube; cada vez que regresa la confianza, corrige", destaca.
En consecuencia, Tran no interpretaría la reciente volatilidad como una señal negativa. Para este experto, esto demuestra que bitcoin sigue siendo "muy sensible" a los shocks políticos y macroeconómicos, como es "natural" para un activo de riesgo. No obstante, los factores anteriormente comentados es lo que hace que esta situación difiera respecto a otras similares experimentadas en el pasado, aunque haya que prestar atención a los riesgos a corto plazo.
"Un mercado que puede caer casi un 17% en cuestión de horas y recuperar el equilibrio al día siguiente no está construido sobre bases de capital débiles. En mi opinión, la perspectiva a mediano plazo para bitcoin sigue siendo constructiva, respaldada por flujos institucionales continuos, marcos regulatorios más claros en EEUU y Europa, y una creciente confianza de los inversionistas en los activos descentralizados", subraya.




