DIA cae con fuerza tras el fin de la opa y unas pérdidas de 144,4 millones hasta marzo
DIA perdió en el primer trimestre del año 144,4 millones. El beneficio neto atribuible se compara con las pérdidas de 16,2 millones registradas hasta marzo de 2018, según las cuentas reexpresadas del informe de 2018, ha comunicado la compañía a la CNMV.
La cadena de supermercados ha dado a conocer sus resultados del primer trimestre un día después de que terminara el plazo de aceptación de la opa que lanzó LetterOne sobre DIA. Las cifras están en línea con las estimaciones adelantadas por la compañía hace dos semanas, indicando unas pérdidas de entre 140 y 150 millones.
Las acciones de DIA han cerrado este martes en 0,62 euros, casi un 7% menos respecto al precio de la opa (0,67 euros). La caída era previsible ya que la cotización no cuenta ya con el sustento de la oferta de Fridman, que cerró su plazo de aceptación ayer, y coincide con la confirmación de las previsiones dadas por el Consejo de DIA sobre el deterioro del negocio y los resultados. La CNMV tiene aún que confirmar el resultado de la opa, algo que se espera para finales de esta semana, aunque en LetterOne se confía en haber sobrepasado el umbral del 50% del capital de la compañía.
CAÍDA EN LAS VENTAS
Las ventas brutas bajo enseña de la cadena de supermercados cayeron un 14%, hasta los 2.028 millones (avanzarían un 2,3% si se excluye el impacto de la divisa. Las ventas comparables (like-for-like) caen un 4,3% entre enero y marzo para el grupo DIA, comparado con la caída del 3,8% del mismo período de 2018. Esto muestra, según la compañía, "una tendencia negativa y progresiva deterioración durante el periodo".
Las ventas netas caen un 7,2%, hasta los 1.664,6 millones. El rendimiento en las ventas "reflejó un efecto negativo del 13,3% derivado de las divisas debido a la depreciación del peso argentino y el real brasileño durante el período del 45,4 y el 6,8%, respectivamente", indica la cadena de supermercados.
Para DIA, la tendencia bajista registrada en las ventas se debe "mayormente" al impacto negativo que está teniendo sobre los proveedores "la incertidumbre que rodea a la situación financiera de la compañía". Considera que tras la publicación de los resultados de 2018 el pasado mes de febrero, donde se mostró el patrimonio neto negativo de 99 millones, se desencadenó la amenaza de disolución en el corto plazo y, combinado con factores como los vencimientos de deuda cercanos y el riesgo de refinanciación, ha generado una gran incertidumbre y "ruido general provocado por las noticias" que han hecho que la percepción pública de la compañía empeore.
Esa imagen negativa de DIA ha sido a la vez causa del endurecimiento de las condiciones de proveedores, defiende, situación que ha impactado negativamente en la cadena de suministro y un incremento en las roturas de stock en las tiendas y almacenes, lo que se ha traducido en menores ventas.
Las ventas netas en España disminuyen un 3,5% hasta los 976 millones. La caída es mayor en Portugal, un 5,6%, hasta los 138 millones; igual porcentaje que en Brasil, que se sitúan en 327 millones. El peor golpe en ventas se lo lleva Argentina, con una caída del 22,6%, a 223,2 millones, impactadas en 12,8 millones por la aplicación de la norma contable de hiperinflación. Sin el impacto de la devaluación de las divisas latinoamericanas, las ventas en Brasil y Argentina lograrían un avance positivo de 1,1 y 51,8%, respectivamente.
GASTOS DE REESTRUCTURACIÓN
En el primer trimestre del año, los gastos de reestructuración de la compañía aumentaron un 41%, a 67 millones, debido principalmente a una provisión acumulada de 38,8 millones por el coste total del ERE aprobado y por los 16,9 millones de gastos extraordinarios no recurrentes derivados de asesorías financieras y corporativas, servicios forenses, legales, etc. que ha requerido la compañía para preparar el aumento de capital de 600 millones que la junta de accionistas rechazó.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) cayó un 43,1% entre enero y marzo, hasta 12,4 millones de euros que se comparan con los 55,5 millones del mismo período del año anterior. El Ebitda ajustado es de 12 millones, un 85,8% menos respecto a los 84,8 millones de hace un año.
La compañía indica que el cálculo del Ebitda ajustado no incluye el efecto de las normas contables sobre alquileres e hiperinflación, pero sí refleja los gastos o ingresos relacionados con la remodelación de tiendas y programas de incentivo. El Ebitda ajustado del negocio español se desploma un 73,8% comparado con 2018, hasta los 14,7 millones. En el negocio luso, el Ebitda también se lleva un buen mordisco: un 68,2% menos que hace un año, hasta los 2,4 millones.
Los gastos financieros netos del trimestre fueron de 35,8 millones, frente a los 3 millones de gastos en números reexpresados de 2018. El incremento se debe a la aplicación de la norma de hiperinflación, que impactó en 16,8 millones, y a las mayores cantidades de deuda neta mantenida durante el período y los sustancialmente mayores costes por sus intereses (17,8 millones). Los costes del proceso de refinanciación tuvieron un efecto excepcional de 7 millones.
Además, la discontinuación de operaciones de Clarel y Max Descuento tuvieron un impacto negativo en el beneficio neto de 3,9 millones en el primer trimestre.
Por último, "como consecuencia de las pérdidas netas de 144,4 millones, los fondos propios consolidados de la compañía empeoraron hasta un valor negativo de 308,5 millones a finales de marzo, con fondos propios negativos de 174,9 millones en la compañía matriz", frente a los 99 millones negativos registrados a finales de 2018.
DIA, EN FRÁGIL SITUACIÓN
El deterioro de las ventas es "extremadamente desafiante para las operaciones y sostenibilidad de la compañía", afirma DIA en su informe trimestral. Si se combina esto con que la compañía tiene hasta el 20 de mayo para resolver la situación de patrimonio neto negativo y que el préstamo sindicado vence el 31 de mayo, la cadena de supermercados está en una "frágil posición".
El equipo directivo de DIA insiste en que, a corto plazo, que LetterOne tome el control de la compañía ahora que ha concluido la opa, logre un acuerdo sobre la refinanciación de la deuda bancaria con los acreedores y ejecute la ampliación de capital de 500 millones aprobada en la última junta, "debería mitigar la incertidumbre existente, eliminar la inquietud de los proveedores y dotar de las bases necesarias para el exitoso cambio comercial de la compañía".
Pero DIA advierte de que si uno de esos elementos "requeridos para estabilizar la estructura de capital y liquidez de DIA en el muy corto plazo no suceden a su debido tiempo", la situación podría deteriorarse rápidamente y la cadena podría "verse forzada a presentar concurso de acreedores y/o iniciar el proceso de liquidación".