"La verdadera carrera alcista del bitcoin aún no ha empezado, sólo es una recuperación"
No cabe duda de que el bitcoin rebasará los 20.000 dólares más pronto que tarde, pese a las caídas de este jueves del 6%, según Coinmarketcap, ya que es el objetivo del extraordinario movimento ascendente en el que se ha embarcado desde que supero, primero, los 10.000 dólares y hace algo menos los 14.000 dólares. La reciente marca en 19.400 dólares ha colocado el máximo histórico de 2017 al alcance de los dedos tras revalorizarse un 300% en lo que va de año y superar en capitalización de mercado al hito de aquel entonces: el total de bitcoins en circulación acumula más de 350.000 millones de dólares, frente a los 325.000 de hace tres años.
Con todo el rally actual no se puede considerar una “verdadera carrera alcista”, según Naeem Aslam, analista de Ava Trade. “Hasta ahora hemos asistido a una recuperación”, asevera, ya que el “verdadero rally sólo comenzará cuando el precio supere los 20.000 dólares”. La última vez que la creación de Satoshi Nakamoto escaló esta cota sufrió una brutal corrección que la llevó a caer hasta 3.000 dólares en el año siguiente. Desde entonces, ha madurado lo suficiente como para “romper este nivel y empezar el siguiente movimiento hasta el objetivo de 50.000 dólares”, explica Aslam.
“El sentimiento es inmensamente fuerte”, prosigue el analista, y la presión de los alcistas, que llevan largo tiempo esperando este momento, no desfallecerá en el máximo de hace tres años. Eso sí, otros observadores esperan una ronda de toma de beneficios cuando llegue a 20.000 dólares, “lo que hará que el precio baje ligeramente y podría presentar una oportunidad de compra”, advierte Simon Peters, analista de eToro. El experto señala que esta es “una consideración a tener en cuenta para los inversores minoristas que se preguntan si este sigue siendo un buen momento para comprar”.
Según 'Cointelegraph', además, en este precio la más operada de las monedas de cifrado presenta “una trampa alcista, una resistencia general y un mercado de derivados congestionado”. En el primer caso, se trata de “un patrón técnico en el que los compradores tardíos o los tenedores de contratos largos quedan atrapados a medida que baja el precio del activo”, explica el portal especializado, en cualquier caso el análisis técnico sugiere que los 16.000 dólares son un soporte a tener en cuenta ante cualquier repliegue desde los precios actuales. Además, el hito de 2017 es un brutal nivel de resistencia desde donde entrará en subida libre, señala José María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, por lo que lo más probable es que fracase en su primer intento.
Por último, “la tasa de financiación en los mercados de derivados es extremadamente alta”, agregan, pero el mercado al contado está muy activo, lo que sugiere que las ballenas, inversores e instituciones de alto patrimonio están comprando bitcoins. “El FOMO está realmente al nivel más alto en años”, argumenta Aslam, lo que está alimentando los precios de las 'altcoins'”. Por ejemplo, el ripple ha más que duplicado su valor en unos pocos días; “esto se debe principalmente a este miedo a quedarse fuera”, aduce.
Así, en general el sentimiento es positivo en estos activos y "hay algunas estimaciones que predicen que el bitcoin podría llegar a los 89.000 dólares a finales del próximo año", comenta Peters. Esta vez el panorama es diferente ya que la primera oleada de subidas se debió a una temprana adopción por parte de unos pocos y de los verdaderos creyentes en la tecnología, mientras que la segunda fue fruto del interés de los inversores especulativos. En esta ocasión obedece a un mayor interés corporativo e institucional -Starbucks ha realizado pruebas para aceptar bitcoins, la empresa de pagos Square de Dorsey ha comprado bitcoins y el Greyscale Bitcoin Trust de Estados Unidos continúa aumentando sus activos y, por tanto, adquiriendo más bitcoins.
La cripto por antonomasia también ha vuelto a poner en juego su papel de activo refugio este 2020 entre la crisis del Covid y las elecciones de EEUU. Y a todo lo anterior hay que añadir el halving de mayo, cuando la oferta de nuevas criptos en circulación se redujo a la mitad, lo que incrementa intrínsecamente el precio. De hecho, estas continuadas reducciones, que se sucederán hasta que se mine el último bitcoin -el suministro total está fijado en 2021 y se prevé que se alcance en 2140-, dan fuerza a aquellos que se fijan en este activo desde el punto de vista meramente de la inversión.
"La oferta finita del bitcoin puede hacerlo atractivo a ojos de quienes sienten la necesidad de preservar su riqueza ante el crecimiento desenfrenado de la oferta monetaria", aduce Russ Mould, director de inversiones en AJ Bell, en un entorno en que los gobiernos, a través de los bancos centrales, no dejan de inyectar dinero en el sistema para mantenerlo a flote, lo que devalúa las divisas fíat e incrementa el rol de safe haven de la creación de Nakamoto, que a menudo se la ha comparado con el oro.