¿Ha llegado el momento de que empiece el BCE a plantearse pulsar el botón de pausa?
Las últimas palabras de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, después de la reunión en la que han vuelto a recortar los tipos de interés han dejado una clara señal: el nuevo nivel de tipos, en el 2,5%, se acerca a territorio neutral. Lo que no está tan claro es la dirección del viaje a partir de ahora. ¿Ha llegado el momento de que el BCE empiece a plantearse pulsar el botón de pausa?

Durante la rueda de prensa, Lagarde no se cansó de enfatizar el alto nivel de incertidumbre, pero tampoco dijo que el camino del BCE para llevar los tipos a neutrales había terminado. De hecho, no se comprometió con la dirección o la velocidad futuras de la política monetaria debido a que las condiciones mundiales están "ensombrecidas por la incertidumbre".
En cuanto a los posibles recortes en abril o junio, reconoció que los 150 puntos básicos de bajadas de tipos ya se están trasladando al sistema y destacó la necesidad de depender de los datos y de adoptar un enfoque reunión por reunión, incluso más que antes.
Lagarde sugirió que el actual ciclo de recortes de tipos no había terminado, pero se mostró un poco más insegura, ya que no quiso confirmar su declaración anterior de que "la dirección del viaje estaba clara". Así lo apuntan en ING, donde comentan que "con la creciente incertidumbre y las perspectivas de un gran estímulo fiscal, la dirección que tomará el BCE ya no está tan clara como hace unas semanas".
"Ahora parece realista hacer una pausa en la próxima reunión para llegar a un acuerdo sobre la nueva realidad macroeconómica. Al mismo tiempo, si se aplica la mayor parte del estímulo fiscal, ya no habrá necesidad de que el BCE lleve los tipos a un terreno ligeramente acomodaticio. En cambio, vemos que el BCE hará una pausa en la reunión de abril y reducirá el tipo de depósito una vez más, al 2,25% en verano, nuestro nuevo tipo terminal", afirman.
Por supuesto, destacan que todo esto suponiendo que no haya reveses políticos en Alemania. "Sin embargo, incluso si la necesidad de nuevos recortes de tipos se desvanece, el BCE no se librará", dicen.
"Si bien el BCE ha utilizado un lenguaje que se aplica reunión por reunión en muchas de sus decisiones recientes para describir su rumbo de política, casi todo lo que dijo la presidenta Lagarde reforzó que, por una vez, realmente hablan en serio", destacan los analistas de TD Securities.
Como explican, por un lado, esperan que EEUU aplicará aranceles amplios a las importaciones de la UE a principios de abril, "lo que afectará el crecimiento de la zona euro (y es posible que los aranceles compensatorios de la UE también impulsen temporalmente la inflación de la zona del euro en una pequeña cantidad)".
Por otro lado, las políticas fiscales y de defensa anunciadas por Alemania y la UE impulsarán la demanda y la inflación a medio plazo, "pero en esta etapa siguen siendo anuncios, no políticas. El BCE necesitará ver las leyes aprobadas y los plazos previstos antes de tener certeza sobre el impacto en el futuro".
Piensan que el BCE recortará los tipos en 25 puntos básicos en sus reuniones de abril y junio, llevando el tipo de depósito al 2%. "Pero, como ha subrayado Lagarde, los acontecimientos en los próximos meses y años irán en direcciones diferentes. Nuestro nivel de convicción es ligeramente inferior en lo que respecta a estas decisiones", dicen.
Por su parte, Felix Feather, economista de Aberdeen, considera que el BCE llevará los tipos a un nivel neutral en un plazo "relativamente corto", pero reconoce que los riesgos para esta previsión, en ambas direcciones, están aumentando: "La debilidad de los datos de actividad a corto plazo y los aranceles estadounidenses podrían hacer que el BCE recortara más agresivamente, pero la relajación fiscal anticipada podría hacer que los tipos se mantuvieran más altos durante más tiempo".
Para Mark Wall, economista jefe europeo de Deutsche Bank, el BCE se encuentra "en una posición difícil" entre la amenaza de los aranceles estadounidenses en el corto plazo, que podrían justificar nuevos recortes de los tipos de interés oficiales, y el creciente compromiso de aumentar el gasto en defensa durante los próximos años, lo que será necesario para asegurar la autonomía estratégica de Europa.
"Este entorno exige una mano hábil en el manejo de la palanca de la política monetaria y la preservación de la opcionalidad de las políticas", opina. La previsión de Dean Turner, economista jefe de la zona euro en UBS Global Wealth Management, es que es probable que el BCE continúe recortando los tipos a un ritmo constante de 25 puntos básicos por reunión hasta alcanzar el 2% en junio.
Pero matiza: "La mayor incertidumbre geopolítica y la amenaza de aranceles sobre las exportaciones de la UE a EEUU suponen riesgos a la baja para el crecimiento, lo que podría llevar al BCE a bajar los tipos de interés oficiales para apoyar la economía a finales de año. Sin embargo, este riesgo se contrarresta con los recientes anuncios de un aumento sustancial del gasto fiscal en los próximos años".
Mientras, Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International, anticipa que el BCE apuntará al extremo inferior del rango neutral (alrededor del 1,75%) en lugar de moverse hacia un territorio acomodaticio.
"Esto refleja nuestra visión de que, aunque los anuncios fiscales le dan al BCE espacio para potencialmente pausar en abril (a menos que haya aranceles agresivos sobre Europa), todavía querrán posicionar la política monetaria para apoyar la recuperación económica dados los continuos riesgos a la baja de posibles interrupciones comerciales", explica.