Lagarde no da pistas y el mercado no compra el farol: "Habrá bajada en septiembre"
El Banco Central Europeo (BCE) no dio lugar a la sorpresa en su reunión de julio. El organismo comunitario mantuvo los tipos de interés en el 4,25% y el tipo de depósito en el 3,75%, una decisión ampliamente esperada y que, en gran medida, no ha cambiado las perspectivas del consenso de un mercado que sigue esperando un próximo recorte en septiembre.
En esta dirección apunta el equipo de análisis de TD Securities, que piensa que la siguiente bajada del precio del dinero tendrá lugar a la vuelta de la playa. Una de las razones que esgrimen estos estrategas para defender su tesis es que la presidenta Christine Lagarde tenía "muchas pruebas" para haber sugerido que un recorte en septiembre era "menos probable". A saber, la reciente fortaleza de las presiones inflacionistas internas, especialmente del sector servicios, o las sorpresas al alza del crecimiento salarial.
"El hecho de que Lagarde optara por pasar por alto estos acontecimientos sugiere que quería mantener la opinión del mercado de que un recorte en septiembre es muy probable. Dicho esto, el notable repunte de las presiones inflacionistas internas sugiere que el BCE querrá mantener un ritmo de recortes algo conservador a lo largo del ciclo", explican desde la firma canadiense.
LAGARDE NO DA PISTAS
Era el gran punto de interés de la reunión y lo cierto es que defraudó un poco. La rueda de prensa de la presidenta Lagarde no dio muchas pistas y dejó abiertas todas las puertas al no comprometerse con una "senda predeterminada" de bajadas de los tipos de interés.
"La pregunta de qué haremos en septiembre está muy abierta. Dependerá de todos los datos que tendremos, no hay un camino predeterminado", aseguró la francesa en su comparecencia ante los medios de comunicación, al tiempo que reconocía que "entre julio y septiembre vamos a recibir mucha información" que servirá "para ver si se confirma o no el ritmo (de reducción de la inflación) que estamos viendo".
Para Michael Brown, estratega sénior de investigación de Pepperstone, el discurso fue un "copia y pega" de las declaraciones realizadas tras la decisión anterior: un enfoque dependiente de los datos, decisiones que se tomarán reunión a reunión, una concienzuda evaluación de las perspectivas de inflación y su dinámica subyacente… "En resumen, los responsables de la política monetaria trataron de no agitar el barco antes de las vacaciones anuales de verano, aunque siguen estando preparados para aplicar el siguiente recorte del ciclo dentro de 8 semanas", resume este analista.
"Claramente, el primero de estos aspectos apunta con fuerza a un deseo de seguir eliminando restricciones en las reuniones que coincidan con la publicación de las proyecciones macroeconómicas actualizadas. Por lo tanto, un recorte de 25 puntos básicos en cada una de las reuniones de septiembre y diciembre sigue siendo la hipótesis de base, y una senda política que los mercados monetarios valoran casi en su totalidad", subraya Brown.
Por su parte, TD señala que la banquera gala puede haber dado una pequeña pista al mostrarse "bastante optimista" sobre la evolución futura de los salarios, los cuales espera que se moderen en el transcurso del próximo año. "Seguimos considerando que el BCE mantendrá un ritmo de relajación trimestral hasta que el tipo de depósito alcance un nivel neutral del 2,50%", agregan.
Más optimistas se muestran los analistas de Schroders, los cuales opinan que el organismo hará hasta tres recortes de 25 puntos básicos de los tipos de interés de aquí a final de 2024. Posteriormente, estos estrategas prevén dos recortes de 25 pb en el primer trimestre de 2025 y, entonces, esperan que el BCE "se mantenga a la espera" durante el resto del año.
"Es probable que la pausa se vea forzada por la reaparición de las presiones inflacionistas. A medida que la demanda interna se recupere y el crecimiento vuelva a situarse por encima de la tendencia, la falta de capacidad excedentaria, sobre todo en los mercados laborales, debería provocar un nuevo aumento de la inflación salarial, obligando a las empresas a subir sus precios", apuntan. Asimismo, estos estrategas indican que las tasas de desempleo se han mantenido cerca de mínimos de varias décadas, lo que "pone de relieve el impacto del envejecimiento demográfico y la acumulación de mano de obra".
¿QUÉ OPINA EL MERCADO?
Como venimos diciendo, parece que los inversores no terminan de creerse la historia que han contado Lagarde y el BCE. Los movimientos del mercado dieron buena cuenta de ello: tras la decisión y la rueda de prensa, el bund alemán a 10 años, la gran referencia del Viejo Continente, pasó de ofrecer rentabilidades cercanas al 2,45% a rozar el 2,39%. Por su parte, el euro se depreció algo más de un 0,2% respecto al dólar, hasta llegar a intercambiarse por 1,091 dólares.
"Los tipos experimentaron un pequeño repunte, con un aumento de la pendiente de la curva. En cuanto a los precios, la parte delantera de la curva está valorando actualmente en torno a 20 puntos básicos de recortes para septiembre y un total de 47 puntos básicos para el año. En general, los precios siguen siendo razonables", explican desde TD Securities, al tiempo que se muestran partidarios de "estar largos en bunds, con rangos a corto plazo que se mantendrán en torno al 2,3-2,6%".
En cuanto al euro, la firma canadiense opina que "no hay mucho que picar". "Nadie esperaba fuegos artificiales hoy, por lo que la atención se centrará en los datos y en las perspectivas de inflación", afirman.
¿OTRA BAJADA ANTES DE LA FED?
Gran parte de la atención se ha centrado en EEUU, con los diferenciales de tipos moviéndose a favor de la divisa comunitaria, ya que el mercado prevé hasta tres recortes de la Reserva Federal (Fed) este año, en consonancia con la desinflación y la escasez de datos.
"Creemos que el péndulo probablemente ha oscilado demasiado, pero los mercados de verano ofrecen pocos incentivos para impulsar la operación ahora. Por ahora, pensamos que el dólar tiene muchas malas noticias descontadas, lo que sugiere que el par EUR/USD ofrece buenos niveles de entrada para desvanecer el reciente repunte. En particular, nuestras carteras MRSI siguen inclinándose por el USD en la mayoría de las carteras macroeconómicas clave, excepto en tipos", explican los expertos de TD Securities.
Sea como fuere, lo cierto es que un nuevo adelanto del BCE respecto a la Fed podría aumentar la presión sobre el euro. La divisa comunitaria ya sufrió los efectos de este desacompasamiento entre ambos bancos centrales cuando en abril, con el mercado descontando la primera bajada del BCE en junio y una Fed más dura de lo inicialmente previsto, cayó hasta intercambiarse por 1,06 dólares, su nivel más bajo desde noviembre de 2023.
En este sentido, cabe señalar que el BCE volverá a reunirse antes que la Reserva Federal en los cónclaves que les quedan a uno y otro banco central de aquí a final de 2024. En septiembre, el Consejo de Gobierno del BCE se reunirá el día 12, mientras que la Fed lo hará el día 18 del noveno mes del año, aunque antes se celebrará la reunión del 31 de julio. La siguiente fecha marcada en rojo en el calendario del BCE son el 17 de octubre y el 12 de diciembre, mientras que la Fed reunirá a su Comité Federa de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) el 7 de noviembre y el 18 de diciembre.
“La historia nos recuerda que es la Fed la que suele llevar la iniciativa en los cambios de tendencia de la política monetaria. Sin embargo, en estos momentos el dinamismo de la economía estadounidense, reflejado en el comportamiento de su mercado laboral, el crecimiento económico y la reducción de la inflación es muy diferente en aquel país de la situación en la zona euro”, apuntaban en abril desde el Instituto Español de Análisis. De hecho, algunos analistas no llegaron a descartar la paridad e el cambio entre ambas divisas.
Con todo, hay esperanza. Los últimos datos conocidos al otro lado del Atlántico apuntan a una inflación en descenso y un mercado laboral menso boyante y ello ha gustado a los miembros de la Fed: el presidente Jerome Powell ha afirmado que su confianza en el proceso desinflacionario está creciendo, mientras que el gobernador Christopher Waller reconoció que el banco central estadounidense se encuentra cerca del momento del primer recorte.
Según la herramienta FedWatch de CME, el mercado otorga más de un 90% de probabilidad a que el primer recorte sea en septiembre. Ello parece reducir el riesgo a que el BCE dé un paso en falso en septiembre, adelantándose de más al banco central estadounidense. "Somos dependientes de los datos, no dependientes de la Fed", aseguró al término del cónclave de abril del BCE. Habrá que esperar a septiembre para salir de dudas.