La doble lectura del registro de horas extra: ¿cumple el Gobierno su objetivo?

Desde que es obligatorio fichar en el trabajo, el número de horas extras, tanto pagadas como sin remunerar, ha caído. Si se compara el segundo trimestre de 2019 con el mismo periodo del año anterior, han pasado de las 6,82 millones por semana, a las 6,02 millones, es decir, casi un 12%, hasta la cantidad más baja en cinco años. Pero las horas extra remuneradas han descendido todavía más, un 19%, de las 3,84 millones a las 3,11 millones de este año. Mientras, las no pagadas bajan menos de un 3%, hasta las 2,91 millones desde las 2,99 millones a la semana de 2018. Esto supone que

Sin embargo, si comparamos los datos con los tres primeros meses del presente año, justo antes de empezar a aplicarse la norma, la trayectoria es diferente: las horas extra, pagadas y no, aumentan. Un 6%, un 2% y un 10%, respectivamente, según la Encuesta de Población Activa (EPA). En todo el año pasado, los trabajadores españoles realizaron más de 330 horas fuera de su horario laboral oficial, un número que no era tan alto desde hace una década. De ellas, solo se pagaron la mitad.

La obligatoriedad de controlar la jornada laboral nació con polémica, tanto por parte de los empresarios como de los sindicatos, que vaticinaron confusión y problemas en su aplicación. Ahora, tres meses después, la visión de estos últimos ha cambiado y achacan la caída de horas extra al control promovido por el Gobierno. Pese a sus carencias, reconocen que ha supuesto un avance en el control efectivo de la jornada: son resultados positivos en los que ha influido de "manera decisiva" la nueva ley, "pero queda mucho por hacer", por lo que creen que hacen falta sanciones "más elevadas y disuasorias". Desde CCOO, comparten la opinión. En una reciente entrevista el sindicato calificó la caída como "positiva", ya que los millones de horas extras que se hacen en España son una "barbaridad". Sin embargo, piensan que el únicamente control horario "no garantiza" que se les ponga freno.

Desde el Ejecutivo aseguraron en el momento de su aprobación que esta medida supone un "control efectivo de la jornada con el objetivo de salvaguardar el derecho de los trabajadores a tener una jornada previsible y a una retribución proporcional a su tiempo de trabajo efectivo, permitiendo además la conciliación de la vida laboral y personal". También, "una oportunidad para las empresas en materia de productividad y control del absentismo".

Cabe preguntarse ahora, entonces, si la intención del Gobierno de aflorar las horas extras irregulares se está cumpliendo. Por un lado, es cierto que han descendido, pero apenas han caído las no remuneradas, que era el objetivo principal. No obstante, hay que tener en cuenta algunos factores. Entre ellos, que este año la Semana Santa cayó en el segundo trimestre, mientras que el año pasado tuvo lugar en el primero. Además, esta medida entró en vigor a mediados de mayo, con lo que solo representa una parte de los tres meses que se tienen en cuenta en la encuesta, que tampoco es un registro oficial.