¿Por qué la Fed de Powell y el BCE de Draghi no son capaces de crear inflación?
¿Dónde está la inflación? ¿Por qué la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE), dos de los bancos centrales más importantes del mundo, no son capaces de generar dinámicas económicas que impulsen los precios hacia su objetivo del 2%? Es una de las grandes preguntas que se hace el mercado y que los señores del dinero no son capaces, o no quieren, responder.
El persistente nivel de baja inflación sigue siendo un problema para los economistas y los banqueros centrales, que no saben cómo enfrentarlo. La estagnación secular, la globalización y el progreso tecnológico, especialmente en el contexto de las economías desarrolladas, son los principales factores para explicar la débil evolución de los precios en los últimos años.
"La estagnación secular refleja la demanda crónicamente débil, lo que limita la presión alcista de los precios desde el lado de la demanda. Y la globalización y el progreso tecnológico son el otro fenómeno en el lado de la oferta", explica el informe sobre previsiones económicas publicado por Atradius.
Credit Suisse afirma que la tecnología “perpetúa el escenario de bajos tipos, al crear más desinflación, impulsar el ahorro y reducir la NAIRU" (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment), la denominada Tasa de desempleo no aceleradora de la inflación.
Más competencia desde el exterior limita la capacidad de las empresas para incrementar precios en sus mercados domésticos, mientras el progreso tecnológico reduce la necesidad de las firmas de aumentar precios, ya que la producción es más eficiente con menores costes.
"Un aumento de la eficiencia debería reflejar una mayor productividad, lo que a su vez debería impulsar el crecimiento de los salarios. Pero el aumento de los sueldos no está afectando a los márgenes empresariales, por lo que tampoco genera presiones inflacionistas", señalan desde Atradius.
En cualquier caso, el repunte de los salarios está siendo modesto, ya que en EEUU se ha situado en el 3,5% anual, mientras en la zona euro ha repuntado tan sólo un 2% de media. Este crecimiento moderado de los sueldos ha venido acompañado de una fuerte creación de empleo. La tasa de paro en EEUU ha bajado hasta el 3,6%, mientras en la zona euro ha descendido hasta el 7,8%, en un contexto de subida en la tasa de participación en el mercado laboral.
"No obstante, el crecimiento de los salarios corregido por la productividad está alcanzando niveles pre-crisis. Esto indica que el trabajo se está encareciendo. Por ello, en un momento en el que realmente es escasa, la inflación podría repuntar. Sin embargo, actualmente, debido a la desaceleración de la demanda global, este puede quedar muy lejos", señala el informe.
En este contexto, los pronósticos apuntan a que los bancos centrales mantendrán políticas monetarias acomodaticias mucho más blandas de lo anticipado inicialmente. Esto implica que, si se produce una recesión y la Fed y el BCE deben tomar medidas, "hay muy poco espacio para soportar las economías", añaden desde Atradius.
Con la excepción de la Fed, que tiene algo de capacidad para bajar los tipos, el resto de bancos centrales sólo puede utilizar la herramienta de las compras de activos. Pero debido a que el mundo ya está inundado de liquidez, "la pregunta es si esos programas de estimulación cuantitativa serán efectivos", concluye Atradius.
TURNO PARA LOS ESTÍMULOS FISCALES, PERO ...
Así las cosas, Mario Draghi, presidente del BCE, ha pedido a los países de la zona euro que comiencen a aplicar medidas de estímulo fiscal, algo que la mayoría de economías simplemente no se puede permitir, debido a sus altos niveles de endeudamiento (por ejemplo España, Francia e Italia).
En EEUU, el impulso fiscal de la bajada de impuestos aprobada por Trump al inicio de su mandato se ha extinguido. Y expertos como los del fondo Pimco cuestionan que ese estímulo fiscal se haya gastado cuando la economía se encontraba en expansión. Porque si ahora se produce una crisis, una nueva rebaja de impuestos no será viable en EEUU.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, que debe mantener un delicado equilibrio al frente del banco central por las presiones de Trump para que baje los tipos, se encuentra entre la espada y la pared. Hace unos meses, comentó que había "una alta incertidumbre" debido a que nadie sabe exactamente cuál es la tasa natural de desempleo actualmente ni el papel que está jugando la baja inflación en la posición cíclica de la economía.
Por su parte, los mercados de renta fija trasladan un "mensaje inequívoco de que el crecimiento mundial presenta una orientación negativa y un cariz deflacionista", mientras los mercados bursátiles se "tambalean" al ritmo de la guerra comercial, según afirma la gestora Carmignac. Habrá que ver si los nuevos estímulos que anticipan la Fed y el BCE pueden cambiar esas dinámicas en un ciclo económico muy duradero pero muy desgastado. La credibilidad de los señores del dinero está en juego.