"La libra tiene potencial para caer otro 7%" al son del Brexit
La acción del precio de la libra de esta semana ha recordado a los mercados por qué se la ha considerado el termómetro del Brexit. La moneda británica es, de lejos, el activo más vapuleado por la crisis política británica en torno al divorcio con la Unión Europea y la ruptura sin acuerdo -con todas sus consecuencias- no ha tenido más que volver a enseñar el morro para que la moneda se haya visto de nuevo deshechada por los inversores.
Con su visita a niveles no vistos desde aquel fatídico 'flash-crash' de octubre de 2016, cuando en algunas plataformas de intercambio se vieron precios de 1,12 dólares -aunque el mínimo oficial está en los 1,19 dólares- los expertos se preguntan cuánto riesgo está ya descontado en la moneda, que se cambia de manos de nuevo por encima de 1,22 dólares este jueves y en lo que va de año se ha depreciado más de un 6%, después de concluir 2018 en 1,2753 dólares. La respuesta es casi unánime: no el suficiente, y se habla de futuras caídas hasta 1,10 dólares contra el billete verde y de paridad frente al euro.
Los analistas de Monex Europe dan una cifra: la divisa tiene potencial para depreciarse otro 7% desde los niveles actuales en el escenario de un Brexit sin acuerdo. “Esto lleva al cable (libra/dólar) hasta precisamente los 1,12 dólares y al euro/libra más allá de la paridad”, escribe Ranko Berich, analista jefe de la gestora. “Cualquier desarrollo que aproxime a Reino Unido a una ruptura desordenada con Bruselas conducirá a la moneda hacia estos niveles”, añade.
Entre los acontecimientos que menciona el experto está que la legislación que impulsa el Parlamento para bloquear el Brexit duro quede atrapada en el filibusterismo parlamentario, con un papel activo de la Cámara de los Lores para retrasarla hasta el cierre de Westminster que empieza la próxima semana. O que el primer ministro británico, Boris Johnson, lidere las encuestas en unas hipotéticas elecciones anticipadas. “Todos estos acontecimientos seguirán presionando duramente a la libra”, asegura Berich.
Por el momento, la última hora en el caótico tablero político pasa por la doble votación de este miércoles de la Cámara de los Comunes para forzar al Número 10 de Downing Street a pedir una ampliación del Artículo 50 del Tratado de Lisboa hasta el 31 de enero de 2020. Además, los laboristas han rechazado la convocatoria de elecciones anticipadas hasta que la Reina Isabel II no rubrique la nueva legislación. La pelota está ahora en la Cámara Alta, donde los brexiters ha presentado varias enmiendas con el objetivo de eternizar el respaldo de la ley por parte de sus señorías hasta el cierre del Parlamento esta semana.
Así las cosas, los analistas de Berenberg, por su parte, alertan de que “el cambio de 1,20 dólares es un tipo de cambio justo en el caso de un Brexit ordenado”, mientras que también apuestan por que cada libra valga un euro en el caso de que no se ratifique el Tratado de Retirada con el bloque comunitario. Avisan estos analistas de que el mercado simplemente ha descontado en un 50% el riesgo de que se partan peras con Europa de malas maneras.
En cuanto a las posibles elecciones, los expertos alertan de que lejos de aclarar el panorama, añaden nuevas incertidumbres. “La volatilidad se mantendrá elevada”, asegura Naeem Aslam, analista de Think Markets. No está claro que los 'tories' salgan reforzados ya que la votación se llevará a cabo “en un escenario sin precedentes para Reino Unido”. La fragmentación de partidos también será inédita, con la fuerza que preside el 'brexiter' Nigel Farage, el partido del Brexit, pescando en el caladero de los 'tories' y los laboristas a la cabeza de los contrarios al divorcio sin acuerdo, facción en la que también se hallan los liberal demócratas.
“El nuevo jefe de Gobierno está dispuesto a cometer el mismo error que el anterior”, señala Aslam. Recuerda el experto la maniobra de la 'expremier', Theresa May, que le costó la mayoría conservadora en la Cámara Baja de Westminster en 2017, un resultado que podría repetir Johnson con peores perspectivas. “Será imprescindible prestar atención al tacticismo y a los posibles pactos”, aconseja por su parte Berich.