Georgieva (FMI) anticipa "revisiones a la baja notables, pero no una recesión"
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, ha anticipado que la guerra comercial desatada por Donald Trump dará lugar a "revisiones a la baja notables, pero no una recesión".

El organismo, que dará a conocer su informe bianual Perspectiva Económica Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) la próxima semana, también ha remarcado que habrá "revisiones al alza de las previsiones de inflación para algunos países".
"En todo caso, advertiremos que la incertidumbre prolongada agrava el riesgo de tensiones en los mercados financieros. A comienzos de este mes se registraron movimientos inusuales en algunos de los principales mercados de bonos y divisas. Aquí vemos como, pese a la fuerte incertidumbre, el dólar se depreció, y las curvas de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense sonrieron, aunque no es el tipo de sonrisa que uno quiere ver. Estos movimientos deben ser considerados como una advertencia. Todo el mundo sufre si las condiciones financieras se deterioran", ha señalado Georgieva.
Asimismo, durante su discurso de apertura de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, ha avanzado que en las nuevas proyecciones mostrarán que "unas medidas decididas de política para resolver controversias y restablecer los equilibrios pueden generar mejores resultados".
Por otro lado, Georgieva ha hecho referencia a la política arancelaria de EEUU, para indicar que "las tensiones comerciales son como una olla en la que el agua hervía desde hace tiempo y que ahora empieza a rebosar. En gran medida, lo que está ocurriendo es el resultado de una pérdida de confianza: confianza en el sistema internacional y confianza entre los países".
Por ello, ha remarcado que la incertidumbre sale cara. "La complejidad de las cadenas de suministro modernas implica que los insumos importados se destinan a una amplia gama de productos nacionales. El costo de un producto puede verse afectado por los aranceles en decenas de países. En un mundo de tasas arancelarias bilaterales, cada una de las cuales puede subir o bajar, la planificación se torna difícil".
"En definitiva, el comercio es como el agua: cuando los países erigen obstáculos mediante barreras arancelarias y no arancelarias, el flujo encuentra otros cauces. Ciertos sectores de algunos países quizás se vean inundados por importaciones baratas; otros podrían experimentar escasez. El comercio sigue adelante, pero las perturbaciones conllevan costos", ha concluido Georgieva.