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15/04/2025 17:44:20

Los fabricantes de coches suben con ganas ante la posible tregua de Trump

Continúa el caos arancelario en los mercados. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a dar un giro de 180 grados a su postura comercial y ahora ha anunciado que está explorando posibles exenciones arancelarias sobre los vehículos y las partes importadas para dar tiempo a la industria automovilística para trasladar su producción al país.

Los fabricantes de coches suben con ganas ante la posible tregua de Trump

"Estoy considerando algo para ayudar a las compañías de autos con eso. Están cambiando a partes que se fabricaban en Canadá, México y otros lugares, y necesitan un poco de tiempo, porque las van a fabricar aquí", ha afirmado Trump ante la prensa en el Despacho Oval este lunes.

Todo ello, claro, ha provocado un rebote en las acciones de los grandes fabricantes automovilísticos. Compañías europeas como Volkswagen, BMW, Renault, Mercedes-Benz o Stellantis han subido con ganas tras este anuncio, extendiendo los repuntes protagonizados por fabricantes asiáticos como Toyota, Honda o Hyundai durante la sesión oriental y las de sus homólogos estadounidenses como General Motors o Ford ayer.

Recordamos que Trump impuso un arancel del 25% sobre los vehículos completamente ensamblados, con los aranceles sobre las partes programados para entrar en vigor a más tardar el 3 de mayo. Sus aranceles separados sobre Canadá y México ya contienen una excepción para los vehículos con suficiente contenido nacional para cumplir con los requisitos del tratado comercial T-MEC entre EEUU y sus dos vecinos norteamericanos.

Los fabricantes de automóviles han respondido a los aranceles de diversas maneras. Los fabricantes que son principalmente nacionales, como Ford y Stellantis (Jeep), han anunciado acuerdos temporales de precios para empleados, mientras que otros, como el fabricante británico Jaguar Land Rover, han suspendido los envíos a EEUU. Hyundai también ha dicho que no aumentará los precios durante al menos dos meses para aliviar las preocupaciones de los consumidores. Por su parte, GM ha estado aumentando estratégicamente parte de su producción en EEUU, al tiempo que ha cancelado el período de inactividad previamente anunciado para el próximo mes en una fábrica de Cadillac en Tennessee.

Según informa Bloomberg, las tres grandes automotrices de Detroit han estado presionando al Gobierno estadounidense durante semanas para excluir ciertos componentes de bajo coste de los aranceles planteados. Ford, GM y Stellantis habrían aceptado pagar aranceles sobre los autos completos y grandes componentes como motores y transmisiones a cambio de esta concesión.

De acuerdo con un informe de la firma de investigación Anderson Economic Group, los aranceles podrían aumentar los costes entre 2.500 dólares en el caso de los vehículos pequeños con un alto porcentaje de piezas estadounidenses y más de 20.000 dólares en el caso de algunos vehículos de lujo importados. Esta publicación también estima un impacto de 30.000 millones de dólares para los consumidores estadounidenses durante el primer año de aplicación de los aranceles. Todo esto, añaden, tendría un impacto sustancial en la accesibilidad a la compra de vehículos, ya que los compradores ya se enfrentan a precios promedio de unos 50.000 dólares.

Matt Blunt, director del Consejo de Política Automotriz de EEUU, que representa a Ford, GM y Stellantis, agradeció el "diálogo continuo" con la administración en un comunicado. "Hay una creciente conciencia de que los aranceles generales sobre las piezas podrían socavar nuestro objetivo común de construir una industria automotriz estadounidense próspera y en crecimiento, y que muchas de estas transiciones en la cadena de suministro tomarán tiempo", explicó.

"Debe haber algún tipo de margen de tiempo para hacer los cambios que la administración quiere ver. Si tenemos que hacer esto, no se puede hacer de la noche a la mañana", destaca Mitch Zajac, un abogado especializado en la industria automotriz y la cadena de suministro de Butzel Long en Detroit, en declaraciones recogidas por Bloomberg.

Sin embargo, no todo el mundo es tan optimista. Según recoge CNBC, un alto ejecutivo de la industria automotriz describió los comentarios de Trump como "un reconocimiento de que esto se está poniendo difícil para la industria".

Todo esto, después de que Trump anunciase a finales de la pasada semana una exención arancelaria a los productos tecnológicos procedentes de China, como smartphones o semiconductores. No obstante, el mandatario puntualizó más tarde que esto es una medida temporal, ya que estos productos estarán sujetos a una tarifa específica.

Las exenciones del fin de semana sugieren que la Casa Blanca se estaba dando cuenta del daño que los aranceles causarían a los consumidores agotados por la inflación, especialmente en productos populares. Asimismo, este lunes por la tarde, la Casa Blanca dijo que había lanzado investigaciones para determinar si las importaciones de productos farmacéuticos y semiconductores amenazan la seguridad nacional, lo que podría ser un precursor para imponer aranceles a esos productos.

Por si fuera poco, la situación podría ser todavía peor si no se llega a un acuerdo con otros países durante la tregua de 90 días para los aranceles recíprocos anunciada la pasada semana. "No solo es difícil de comprender el alcance global del arancel, sino que la incertidumbre significa que las empresas tendrán poca confianza en su planificación", apuntan los economistas de Morgan Stanley.


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