¿Recortar o mantener en octubre los tipos de interés? El dilema al que se enfrenta el BCE
Los últimos datos publicados meten presión al Banco Central Europeo (BCE). Tras volver a recortar los tipos de interés en septiembre, ¿hará lo mismo en el encuentro de octubre u optará por volver a la pausa? Es el gran dilema al que el mercado cree que se enfrenta ahora el organismo.
En su última reunión, además de recortar los tipos en 25 puntos básicos, el BCE revisó a la baja las estimaciones de crecimiento de la eurozona. El personal técnico proyecta que el Producto Interior Bruto (PIB) crecerá un 0,8% en 2024, un 1,3% en 2025 y un 1,5% en 2026, frente a las anteriores expectativas de crecimiento del 0,9% en 2024, 1,4% en 2025 y 1,6% en 2026.
Después de esto, se ha publicado datos como los del índice PMI, que mostraron que la zona euro se dirige hacia la paralización. La actividad cae en septiembre por primera vez en siete meses y, además, al ritmo más intenso de los últimos 15 meses.
"Tras los decepcionantes datos", los expertos de TD Securities creen que los mercados "están presionando con fuerza" para que el BCE recorte dos veces más este año. "A los mercados les encantan los PMI, pero los banqueros centrales tienen paciencia hasta que haya datos de mejor calidad" y señalan que las autoridades del BCE no habrán visto suficientes pruebas de una desaceleración antes de la reunión del 17 de octubre.
Por lo tanto, en su opinión, octubre podría terminar siendo una reunión de mantener los tipos: "La probabilidad cercana al 70% de que el mercado recorte los tipos es probablemente el doble de la probabilidad real que creemos". Dicho esto, "aumentan los riesgos de que el BCE recorte 25 puntos básicos en cada una de sus reuniones a partir de diciembre, en lugar de trimestralmente", matizan.
Históricamente, estas encuestas han sido buenos indicadores adelantados de la actividad económica y de la inflación futura. No obstante, los datos que están apareciendo "no son lo bastante claros como para apoyar sin ambigüedades un recorte de los tipos", dice Tomasz Wieladek, economista jefe para Europa de T. Rowe Price.
Además, el dato más importante, la inflación de septiembre, está aún por llegar. En agosto, la tasa general se relajó cuatro décimas, hasta situarse en el 2,2%, cumpliendo con las previsiones y colocándose en su nivel más bajo en tres años, mientras que la tasa subyacente bajó una décima, hasta el 2,8%.
"Hay efectos de base muy potentes en la inflación general de septiembre. La presidenta Lagarde lo reconoció en la reunión de septiembre e indicó que el Consejo de Gobierno examinaría estos datos. Sin embargo, el dato más importante es la inflación de los servicios. Si sólo baja a alrededor del 0,3%, los halcones del Consejo de Gobierno se opondrán con éxito a un recorte de los tipos. Pero si la inflación de los servicios cae al 0,15% o menos, entonces entrará en juego un recorte de tipos en octubre", añaden.